SOCIEDAD

La Orden del Sabadiego entregó los Premios Villa y Condado de Noreña 2016

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La empresa chacinera familiar  El Hórreo y Fernando Laborda, catedrático de Microbiología de la Universidad de Alcalá de Henares y farmacéutico, pasan a formar parte de la familia de galardonados con los Premios "Villa y Condado de Noreña" que concede anualmente la Orden del Sabadiego. La edición de este año fue la XXIX y muchos vecinos y amigos de los premiados se sumaron al acto de entrega.

 

La historia de una de las empresas chacineras más antiguas de Asturias, El Hórreo, estuvo presente en el salón de actos de la Casa de Cultura Severo Ochoa de Noreña. El abuelo, Severino, impulsor de El Hórreo, fue «un emprendedor» de sus tiempos, como señaló su nieto, José Severino Monte "Sesé" que junto a sus hermanos Carmen, la encargada de recoger la estatua de bronce, y Joaquín integran la tercera generación de la saga que continúa con el legado familiar.

 

El Hórreo, donde se fusionan tradición e innovación, trasladaba sus instalaciones al vecino concejo de Siero el pasado mes de septiembre, en concreto a Meres, ante la imposibilidad de ampliar sus instalaciones en Noreña, algo perentoreo para atender los nuevos mercados internacionales abiertos por la compañía.

 

Por su parte, el otro galardonado,  Fernando Laborda no se olvidó de su infancia en la villa Condal, a la que regresa siempre que puede. Señaló que tiene muy presente el olor a farmacia del negocio familiar «en el que pasé tantos momentos», pero también recordó los olores locales de sus años de infancia, como el de la librería, la zapatería y la tienda de chucherías.

 

La alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, presidió el acto de entrega, y se mostró muy orgullosa, tanto de los premios como los premiados «porque llevan consigo el nombre de Noreña, lo que les convierte en embajadores del municipios».  El presidente de la Orden de los Caballeros del Sabadiego, Luismi Suárez hizo hincapié en la labor que realizan los galardonados «son grandes referentes investigadores». 

 

La entrega de los premios fue un acto sencillo, pero muy emotivo; el periodista Miguel Llano  y el traumatólogo Alejandro Braña Vigil, se encargaron de glosar la vida y obra de los premiados. La Rondalla de Noreña se sumó a la celebración, poniendo la nota musical.