OPINIÓN

Emigración y multiculturalidad

Dicen que somos emigrantes señoritingos" porque abandonamos el país en avión, con un teléfono móvil de última generación y titulación universitaria"

 

Me voy a comer al próximo político que vuelva a referirse a la emigración como “movilidad exterior” o tenga los bemoles de aseverar que los jóvenes nos marchamos “en busca de nuevas experiencias”. Renunciar a tu cultura, familia, amigos, costumbres... ha sido socialmente aceptado en la era de la globalización. Nos han impuesto a calzador que somos “ciudadanos de un lugar llamado mundo” y hemos asumido que formamos parte de la tercera gran oleada migratoria de la historia de nuestro país. Somos la Generación Ranón, herederos de indianos y los miles de españoles que partieron rumbo a Francia o Alemania durante la dictadura. 

Dicen que somos “emigrantes señoritingos” porque abandonamos el país en avión, con un teléfono móvil de última generación y titulación universitaria. Pero nadie piensa en lo que nos espera en los países de acogida. Nuestros antecesores carecían de cualificación profesional y conseguían trabajos mejores -o menos precarios- que los ofertados en la madre patria. Nosotros -con carreras, masters y doctorados- nos partimos el lomo en el MacDonald´s de turno. Nuestros predecesores residían unos años en el extranjero y regresaban a España con suficiente capital para emprender alguna actividad empresarial y adquirir -a tocateja- un piso. Muchos, como es el caso de los indianos, volvían a la tierrina multimillonarios. Por contra, nosotros trabajamos para sobrevivir. Llegamos a España con una mano delante y otra detrás. 

Otra de las motos que nos han vendido es que “cuando emigras tienes la oportunidad de convivir con otras culturas”. Ya. Pues que alguien me explique por qué una ciudad tan cosmopolita como Londres es conocida por sus guetos: jamaicanos y africanos en el Noreste, musulmanes e hindús en el Este, latinoamericanos en el Sur e ingleses en el Oeste. Los europeos nos acomodamos donde buenamente podemos. 

He pasado las navidades con españoles y hemos comido cordero. Nada de pavo. Mis amigos italianos se han reunido con sus compatriotas, apurando las Campanadas con lentejas, en lugar de uvas. Al final, por mucho que nos guste experimentar y conocer otras culturas, siempre viramos hacia nuestro país, nuestras costumbres. Nunca Ángela Merkel, canciller alemana, ha dicho una verdad más grande: “La sociedad multicultural ha fracasado”. Pronunció esta frase en 2010, ¡con lo que ha llovido después! Yo añadiría “... y la emigración es la vergüenza de un país desarrollado y la prueba fehaciente de que nuestras políticas han deshumanizado Europa”. Y lo que nos quedará...