Cangas de Onís recuerda a Miguel Ángel Blanco

Cientos de Ayuntamientos de España recordaron hoy al concejal de Ermua asesinado por ETA hace 26 años
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photo_camera Concentración en recuerdo de Miguel Ángel Blanco en la escalinata del Ayuntamiento de Cangas de Onís.

El Ayuntamiento de Cangas de Onís recordó hoy a  Miguel Ángel Blanco, el concejal del Partido Popular de Ermua secuestrado y asesinado por la banda terrorista ETA el 13 de julio de 1997. El acto tuvo lugar en la escalinata de la Casa Consistorial, donde el edil Agustín García Alonso leyó un manifiesto recalcando  "porque ni podemos ni queremos olvidar", el asesinato de «una persona de bien, un ciudadano comprometido que fue torturado durante 48 horas ya asesinado por ETA, a pesar de los millones de españoles que exigimos su liberación sin condiciones. Miguel Ángel Blanco se ha convertod en un símbolo de Libertad y Concordia frente a la barbarie».

Cientos de Ayuntamientos recordaron hoy, 13 de julio, la memoria de Miguel Ángel Blanco "porque ni podemos ni queremos olvidar"

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Agustín García durante la lectura del manifiesto. Al acto asistieron ediles de la Corporación, funcionarios municipales y vecinos a título personal.

García también recordó las palabras de Fernando Savater para la Fundación Miguel Ángel Blanco:

"El terrorismo es un oficio práctico que uno puede dejar de practicar cuando las circunstancias lo aconsejen o logre los objetivos que antes persiguió con la violencia por medios menos arriesgados. Pero haber matado a un semejante no es una tarea circunstancial que un día se ejerce y a la semana siguiente se abandona como cambiarse de traje: ser asesino te marca para siempre, te convierte en un ser humano distinto. El terrorismo puede dejarse atrás, incluso pretender olvidarse: pero el crimen siempre te acompaña, está a tu lado como el primer día. Y el crimen de la Mafia (o de ETA, que es lo que más se parece a la Mafia) no es nunca un gesto individual sino la culminación de un proyecto colectivo: asesino el ejecutor, pero también quien ordenó el crimen, quien informó de las costumbres de la víctima, quien ayudó a cometer la fechoría o encubrió al ejecutor. No apelo exclusivamente a las víctimas individuales sino a los españoles, porque la gran víctima de los asesinos de ETA fue y sigue siendo la España democrática. Y los asesinos, fuera cual fuese la fecha de su fechoría, no tienen derecho a querer ahora rentabilizar democráticamente el botín de su crimen".