Una majada de Asturias, prueba piloto para mejorar la convivencia entre la osa Saba y la ganadería

El Parque Nacional de Picos de Europa en su vertiente asturiana es precursor de una iniciativa que busca encontrar el equilibrio entre las actividades humanas y la vida animal
Aspecto superior del espacio seguro para perros que se está testando.
photo_camera Aspecto superior del espacio seguro para perros que se está testando.

Un auténtico experimento que podría mejorar sustancialmente la vida de los ganaderos cuyas reses pastan en la vertiente asturiana del Parque Nacional de Picos de Europa. Así podría resumirse la iniciativa puesta en marcha por esta institución en una majada de altura del concejo de Amieva que, gracias a un dispositivo en fase de pruebas, podría haber encontrado la clave para la convivencia entre el oso y las ganaderías que comparten espacio con esta especie. Una que, si bien no es en sí misma una amenaza para las cabañas, sí pueden poner en riesgo su seguridad por su tendencia al pillaje y carácter goloso

Aspecto superior del espacio seguro para perros que se está testando.
La obra, en fase experimental, podría exportarse a toda la cordillera.

El germen de esta iniciativa en fase experimental, que de tener éxito se exportaría a toda la cordillera, fue la queja de un ganadero de la zona que veía cómo las reservas de pienso de los perros del rebaño mermaban a un ritmo que no se correspondía con la alimentación de los animales. Algo que podía suponer una amenaza para la seguridad de su ganado, expuesto al ataque de lobo si los canes no estaban en buenas condiciones. A raíz de esto y del hallazgo de excrementos de oso en las inmediaciones, el equipo del Parque Nacional se puso a trabajar sobre las ideas aportadas por el ganadero para garantizar la buena alimentación de sus perros a pesar de la presencia de oso en las inmediaciones. «La finalidad de esta actuación», declarado Rodrigo Suárez Robledano, codirector del Parque Nacional en Asturias; «es lograr una adecuada tranquilidad de los ganaderos, que no sufran pérdida patrimonial y lograr una adecuada conciliación entre quienes hacen uso legítimo del territorio mediante la ganadería extensiva y la protección de los valores del Parque Nacional, uno de los máximos exponente en su población osera. Es una adecuada fórmula de convivencia de valores e intereses».

Para dar solución a esta problemática, se desarrollaron dos habitáculos con dos finalidades diferentes. Por un lado y aprovechando la cavidad de una cueva de 5 metros cuadrados, se aseguró el espacio para que pueda servir para el almacenamiento seguro del pienso. Una necesidad para el ganadero ya que los pastos son de difícil acceso y el camino, de tres horas a pie, complicado de recorrer de forma regular incluso con mulas. Por otro y aprovechando las ruinas de una antigua cabaña, se creó un espacio con un techo metálico reforzado y una entrada estrecha, a la medida de un perro, en el que se sitúan los depósitos de pienso para su alimentación diaria y que facilita que el perro pueda comer tranquilo. Una construcción que, como declara Borja Palacios, biólogo del Parque Nacional, «es idea inicialmente del ganadero, él la compartió con nosotros, la pulimos y nos pusimos manos a la obra para que estuviera lista para mayo. Ahora tenemos que comprobar si realmente es efectiva o, si por el contrario, hay que perfeccionarla más».

Aspecto de la "despensa" creada a prueba de osos.
Aspecto de la "despensa" creada a prueba de osos.

La obra, iniciativa del Parque Nacional, se realizó de forma conjunta con Tragsa. Dada la situación de la majada, el acopio de materiales se realizó con un helicóptero y, aprovechando este transporte, también se aprovisionó del pienso para perros de toda la campaña.

La osa "ladrona" era Saba

Al margen de la singularidad de la iniciativa, de la que el Parque Nacional está siguiendo la evolución para comprobar si es efectiva, otra de las sorpresas llegó al analizar genéticamente los excrementos encontrados en la zona del pillaje. Correspondían a Saba: la osa reintroducida hace cuatro años en el límite entre Asturias y León, y que fue rescatada en el Occidente. Un caso conocido en nuestro territorio ya que no es habitual que estos animales salgan adelante una vez vuelven a integrarse en la naturaleza, y tampoco lo es que regresen al lugar en el que fueron liberados. «Todo es una situación excepcional», asegura con cierta emoción Palacios, «es la primera vez que se reintroduce con éxito una osa, y la primera vez que se crea un dispositivo así que permita protegerla tanto a ella como los derechos de los ganaderos».