Ni un solo animal a la venta: el triste hito histórico de la feria de Santillán, en Amieva

Luis Venta, diputado del PP (a la izquierda, con cazadora verde) junto a Alberto Suárez Arduengo, concejal de Ganadería de Amieva (a la derecha con polo verde) y Carlos Salazar, alcalde del concejo, junto a tratantes que acudieron a la feria.
El retraso en la vacunación de la lengua azul puede ser uno de los motivos de la falta de animales

 

La feria de San Miguel celebrada hoy en Santillán ha escrito la página más triste de su historia. Una que contrasta con aquellos años en los que esta localidad del concejo de Amieva era, tal día como hoy, un hervidero de gente, ganado y tratos. Hoy hubo un buen número de tratantes, de los que vienen a comprar y de los que ya están jubilados pero no faltan a la cita. Pero por primera vez en la historia de este encuentro ganadero lo que no hubo fueron animales a la venta. «En la de hace un año hubo tan solo dos, que bajaron de Sames, en la época mala del mosquito», decía Carlos Salazar, alcalde de Amieva, «pero es que esta vez solo hubo tres xatos, que vinieron de Camporriondi anoche y, con las mismas, los compró un tratante de Infiesto y ni salieron a la feria».

Es la primera vez en la historia de esta feria que no hay ningún animal para vender, y la vacunación tiene mucho que ver

Para el alcalde de Amieva, que no podía disimular el disgusto que le producía ver el recinto ferial vacío, el protocolo de la vacunación para proteger al ganado de la lengua azul tiene mucho que ver con la ausencia de ganado a la venta en Santillán. «La gente bajaba los xatos del puerto siempre en esta fecha para destetarlos y traerlos directamente a la feria», contaba Salazar, «ahora hay que traerlos a la cuadra, solicitar que te vengan a vacunar, vienen una vez, vuelven mínimo 21 días después, te ponen la segunda, los tienen que grabar -a veces automáticamente, otras veces tardan unos días- y hasta que eso no pasa no los puedes sacar al mercado». «Esos años en los que venían incluso camiones que no podían ni entrar, por el tamaño, en el ferial y cargaban en la carretera se han acabado», rememoraba el alcalde visiblemente apesadumbrado, «la de Santillán era la mejor feria de xatos que había y no porque lo diga yo sino porque era lo que decían los tratantes y los ganaderos».

Cada vez hay menos ganado, menos ganaderos, la burocracia no nos deja trabajar y ya ni hablemos de la fauna salvaje

El problema del lobo, sobre la mesa en la feria de Santillán

Precisamente sobre esto se manifestaba en la feria de Santillán Luis Venta, diputado autonómico y portavoz en materia de Medio Rural del PP en Asturias, quien declaraba que «hoy estamos en una feria sin animales, una muestra del problema ocasionado por los daños que causan los ataques la fauna salvaje en el Oriente asturiano que está haciendo insostenible en esta zona la actividad ganadera». Venta no ha dudado en asegurar que Santillán sirve como ejemplo sobre la realidad que vive la ganadería asturiana que «es consecuencia directa de la decisión caprichosa de una ministra, Teresa Ribera, y de un Gobierno sanchista que actúan en contra de los ganaderos asturianos con la complicidad de Barbón, quien ya ha demostrado que es incapaz de darle la vuelta a un grave problema que sufrimos en Asturias».

Barbón ha perdido una nueva oportunidad para defender a los ganaderos asturianos y a Asturias frente al lobo y a Pedro Sánchez; y ha dado nuevamente la espalda a la Asturias ganadera

Entre los presentes en la feria estaba también Toño García, regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, quien aseguraba que el protocolo de la vacuna también pesa en la falta de animales de la feria de Santillán porque «hay mucha gente esperando a que pase el 15 de diciembre que es cuando, supuestamente, se acaba el problema de la lengua azul para poder sacar a la venta a los animales». No es el único motivo para "Toño el de Mestas": «El mercado de La Pola está dando salida todos los lunes y se está comiendo las ferias pequeñas».

Cada vez hay menos ganado, menos ganaderos... y por desgracia, y aunque es muy triste, eso hace que estas ferias pequeñas tan importantes se estén acabando