Sara Fernández es enfermera del Centro de Salud de Lieres. Inquieta, dicharachera, comprometida con su trabajo y sus pacientes. Beatriz Martínez es la médica del centro, más tranquila, analítica e igual de comprometida que Sara. Después de tiempos de interinidades y cambios su llegada al pueblo es un soplo de aire fresco. Nunca fue tan gratificante ir al centro médico.
Inés Estrada es la directora del CP Xentiquina-Solvay, la aldea gala que resiste a la incultura y la intolerancia invasora. Si les digo la verdad, si hubiera que ir a una guerra, no habría mejor compañera. Escucha, rara virtud, comprende, consulta y, si la idea merece la pena, ejecuta.
Si por separado estas tres mujeres son personas especiales, en conjunto, son un bien para la comunidad: la educativa y la otra. De su unión nace un proyecto, que debería existir en todos los centros de enseñanza, por el cual Sara, la enfermera, se ha integrado en el Consejo de Salud escolar que existe en el centro y que forman el equipo directivo, dos maestros, un responsable del área de bienestar, representantes de tres familias y dos del consejo escolar:
«Es obligatorio tener un consejo de salud en los centros- explica Inés- pero hasta la llegada de Sara no teníamos un representante de la salud en él, con lo que su funcionamiento era casi inexistente. Ahora podemos dar respuestas a problemas de salud mental, física, formación del profesorado, del alumnado, de las familias, saber cómo actuar ante las oleadas de la gripe, si hay alergias, brotes de conjuntivitis…; ahora lo consensuamos todo con Sara y Beatriz, tenemos protocolos y podemos implementarlos gracias a su ayuda».
Ahora podemos dar respuestas a problemas de salud mental, física, formación del profesorado, del alumnado y de las familias
El consejo se reúne dos veces al año, a principio y a final de curso. En esa primera reunión, y ya con Sara en él, es cuando empieza todo: «en esa primera reunión se exponen las necesidades que hay en el centro, si hay algún alumno con problemas específicos y, sobre todo, qué podemos aportarles nosotros porque, al final, lo que más nos importa es la salud de los niños y las niñas del colegio».
De esa primera reunión salieron las directrices de lo que sería la actividad sanitaria en el colegio: «nos pidieron cursos de RCP (Reanimación cardiopulmonar) para los niños, formación en urgencias básicas para los profesores y familias y revisar un protocolo de alergias que ya tenían hecho y de cómo actuar frente a ellas y revisión de botiquines».
Pretendemos que se familiaricen con la aplicación de los medicamentos inyectables por si tienen que actuar
Las jornadas de aprendizaje comenzaron con una charla práctica sobre urgencias en el colegio: «era una de las propuestas que se hicieron en el consejo-relata Beatriz- saber cómo actuar si un alumno u otro profesor necesita ayuda inmediata, saber cuándo hay que llamar al 112, ir a un centro sanitario, repasamos traumatismos, heridas, repasamos los protocolos que ya tienen, como el de alergias, que se familiaricen con la aplicación de los medicamentos inyectables por si tienen que actuar y el curso de RCP».
La idea es que la formación no se quede en flor de un día y que se realice de forma periódica, para no olvidar conceptos o por si hay alguna nueva necesidad específica en el centro.
