Que intentar salir a flote en este país montado en el barco de la cultura es, entre otras miles de cosas, una cuestión de entusiasmo y de amor sin dobleces a lo que haces es una teoría que se demuestra sin fisuras al minuto de conocer a Maikel Valdés, un cubano que acabó en Posada de Llanera, por estas cosas de la vida, que declama cuando habla representa cuando gesticula y contagia su pasión por el escenario cuando te mira. Y eso que sólo tomamos un café rápido mientras me diseccionaba Hacer o Facer la obra que estrenará bajo el manto del grupo de teatro Los Pintores, este sábado 24, a las 19 h en el Espacio escénico Plaza de la Habana (cosas del destino) de Posada junto a Teresa Denisse, la otra mitad de todo.
«La concepción la obra parte de la madreña como imagen, la vimos y nos interesó mucho. A partir de ello empezamos a crear la obra. Pensábamos que nos iba a ser fácil encontrar madreñas, que las encontraríamos en cualquier lugar para empezar a trabajar e investigar en lo que queríamos que acabara la obra. Cual fue nuestra sorpresa al comprobar lo difícil que era encontrarlas. Nos pusimos en contacto con Manolo «el madreñero» que nos abrió los ojos y nos dijo que ‘quedamos cuatro y no hay nadie por detrás’. Y eso no puede ser».
Y la cosa empezó a adquirir sentido y mucho más peso cultural y emocional por lo que representa de lo que se habían imaginado: las madreñas, el traje tradicional, el baile, la escenografía: «cada vez nos preocupaba más el camino que iba a coger el espectáculo ¿qué hacíamos con todos esos elementos de los que nos habíamos apropiado inconscientemente? Nosotros nos somos asturianos, somos cubanos, pero vimos las similitudes de los problemas del campo aquí con lo habíamos vivido allá, empatizamos y nos preocupamos. Queríamos hacer una obra ligera y nos encontramos con otra que tiene una gran carga cultural y tradicional».
