"Nos emociona la solidaridad que muestra la gente que nos encontramos en el Camino"

Emma Kessel y Mary Andino pernoctaron en Sebrayu, camino de Santiago, tras comenzar su peregrinación en Santander

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Camino de Santiago

En el albergue municipal de Sebrayo (Villaviciosa) pernoctaron a finales de mayo dos jóvenes de Estados Unidos que llevaban recorridos 150 kilómetros, desde su punto de partida en Santander, y que tienen por delante más de 300 para llegar a Santiago por el Camino de la Costa. Ellas son Emma Kessel, de 23 años, natural de Carolina del Norte, y su amiga y compañera de universidad Mary Andino, californiana de 22 años.
Son dos jóvenes americanas que se emocionan cuando alguien a quien no conocen les desea ¡buen camino!, o cuando un panadero que las encontró perdidas, además de darles un poco de pan, las ayudó a reencontrarse con la ruta. “El espíritu de la gente es muy emotivo para nosotras, quieren compartir todo y te aconsejan. Son muy solidarios”, afirman las dos peregrinas de Estados Unidos, estudiantes de Historia de España (Emma) y de Italia (Mary) en la Universidad de Virginia. A Mary le queda muy lejos de su California natal, pero sus padres habían estudiado en ese prestigioso centro universitario y querían que su hija siga sus pasos.

PASAPORTE DE LAS PEREGRINAS

 - Nombre: Emma Kessel y Mary Andino
 - País: Estados Unidos
 - Edad: 23 y 22
 - Punto de partida del Camino: Santander

No es su primera vez en España. Conocen Pamplona, donde realizaron un programa de investigación histórica en el que descubrieron, entre otras cosas, la existencia de los Agotes y de la Inquisición. Emma, que habla un castellano muy fluido, también conoce Sevilla y Santiago de Compostela. Ya hizo el Camino inglés desde Ferrol, y allí se le abrió la curiosidad por conocer otros caminos. Optaron por el Camino del Norte y por la Costa, porque “es más tranquilo y más bonito. Tenemos mar y montaña todo el tiempo. Es emocionante caminar por las huellas de las personas que caminaron antes que nosotras. Podemos lograr un sentimiento de que somos parte de una larga tradición física y espiritual”, afirma Emma. Por su parte, Mary, que es católica practicante, cree que está descubriendo su catolicismo a través del Camino, pero además, afirma, “me encanta encontrarme con la Historia de España y, por supuesto, aprovecho la parte de aventura que tiene la peregrinación”.
Acababan de visitar la iglesia prerrománica de Priesca y Sonia Pérez, la responsable del albergue, las acompañó a la iglesia románica de Sebrayo, que se encuentra en un paraje insólito, en medio de un eucaliptal.

Hacen una medida de 30 kilómetros diarios y han estudiado muy bien cada etapa. La de Sebrayo a Gijón ya saben que está mal señalizada y van prevenidas para perderse y también para que las ayuden a salir del apuro. Encajaron con mucha deportividad y mucha educación el hecho de que el albergue municipal de Sebrayo no tenga agua potable para beber y no tuvieron inconveniente en ir a buscarla al grifo de una casa del vecindario, “son los pequeños inconvenientes de la vida y del Camino” afirman estas jóvenes que estudian en una de las universidades más singulares del mundo, en la que se da toda la responsabilidad a los alumnos a través del Sistema de Honor y el autogobierno.
¡Buen camino!

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Mary llena su cantimplora antes de iniciar el Camino.

Siga la Flecha

La señalización del Camino es confusa en muchas ocasiones, así que para los peregrinos lo más aconsejable es seguir la dirección de la flecha amarilla pintada en el suelo, fachadas, piedras o cerámica. La concha, diseñada ex profeso para el Camino de Santiago suele confundir más que orientar, ya que no existe el mismo criterio de orientación en todas las autonomías.

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A la izquierda la señalización del Caminoen Galicia. Y a la derecha las señales en Asturias.

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