DESCENSO DEL SELLA

Llamedo, un apellido ligado al Sella

POR TAMARA LLAMEDO
Ninguno de los dos quiere pensar ni aventurar resultados para el sábado.

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Los Llamedo en el Descenso Internacional del Sella

 

Emilio y Milin Llamedo, parragueses y de cuna sellera innegable, competirán este año en K-2  en la que será la 81 edición del Descenso Internacional del Sella. Un buen tándem, sin duda, que se junta por primera vez para  esta carrera, 33 años después de que otros dos Llamedo –Máximo y Emilio– entraran primeros en la meta riosellana.

Hace ya muchos años que estos primos empezaron a bajar el Sella, aunque podría decirse que nacieron montados en una piragua. Emilio compitió por primera vez en el Descenso en el año 1995, formando K2 con otro primo suyo, Ignacio Rodrigo (Chon), quedando segundos en la categoría cadete. Milín, por su parte, participó por primera vez en el año 2003 y ese mismo año ya se subió a lo más alto del pódium en categoría cadete. Desde ahí ambos han competido en el Sella en numerosas ocasiones, obteniendo importantes resultados en diferentes categorías (en el año 2009 Milín consiguió una segunda posición remando en K-2 con Manuel Busto, y Emilio consiguió un tercer puesto en K-1 en el año 2003, por resaltar solo dos resultados de los muchos y buenos que estos dos han acumulado, dentro y fuera del Sella.)

A una semana exacta de la competición nos encontramos con ellos en una terraza de Arriondas para hablar sobre el río, el Descenso y sus expectativas para la carrera del próximo sábado. Ambos coinciden definiendo el Sella como una competición dura, ya que el ríu presenta distintas zonas de remanso y sequera, que son obstáculos  poco habituales en una competición de piragüismo y que obligan necesariamente a preparar la carrera con antelación, para evitar sorpresas innecesarias y poder conocer cada piedra, rabión y curva, elementos cambiantes en el cauce de año a año. Cuentan además que el Descenso del Sella tiene características que la convierten en una carrera diferente a las demás, como la salida, atiborrada de  numeroso público, cosa poco usual en competiciones de piragüismo y que añade presión y tensión, con cientos de piragüistas que tras el Asturias Patria Querida se lanzan al agua peleando por llegar a la zona del Barcu a cualquier precio, lo cual es una lotería que  condiciona a los piragüistas hasta el final,  y luego la carrera, que es una competición sin tregua, muy dura,  con un ritmo muy fuerte y muy diferente a cualquier otra.  Además ambos coinciden al asegurar que el Sella es una carrera deportiva que va más allá que cualquier otra, porque los sentimientos que despierta la hacen mucho más importante: «deportivamente, para cualquier asturianu, remar en el Sella es un prestigio».

Ninguno de los dos quiere pensar ni aventurar resultados para el sábado. Están centrados en los entrenamientos y aseguran que van bien, que están contentos y que ahora mismo lo más importante para ellos es estar concentrados y la ilusión que les hace competir juntos, «lo demás será lo que tenga que ser. Es una cuestión de suerte y ya se verá».  

Aseguran que este año el nivel en categoría K-2 está bastante igualado, aunque hay parejas importantes que se presentan como fuertes rivales para ellos como Walter y Fiuza o Merchán y Ramalho.

Con respecto a que características destacarían el uno del otro Milín define a su primo como «un currante, con un increíble afán de sacrificio, muy trabajador y con los objetivos muy claros». Emilio, por su parte, define a Milín como «una cabeza privilegiada para la competición, con muchísima confianza».

El apellido Llamedo, tan vinculado al Sella, no les pesa en absoluto, ni significa para ellos una presión añadida, solo significa una emoción más, sabiendo  el orgullo y la felicidad que su participación conjunta supondría para Emilio y Máximo Llamedo, siempre presentes en este Descenso y que tantas cosas buenas aportaron al mismo. Pero, a la hora de echarse al río y remar, los nombres y apellidos no cuentan para esta pareja que solo piensa en concentrarse y dar lo mejor de sí mismos, con la vista puesta en la meta y en llegar a Ribadesella en el mejor tiempo posible.

Aptitudes, desde luego, no les faltan. Y ganas y emoción por esta carrera tampoco. Si a eso unimos su buena conexión y que tienen la confianza que da el conocerse y apoyarse toda la vida, podría decirse que son una de las K-2 favoritas de este Sella, aunque la objetividad de la que escribe puede ponerse, aquí, en entredicho. De cualquier manera estoy segura que este Sella será inolvidable para ambos.

(Quisiera aprovechar la ventana que suponen este periódico y estas letras para desearles a Emilio y Milín  toda la suerte del mundo y decirles que el sábado no estarán remando solos, porque muchos estaremos puxando con ellos)

 

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Maxi Llamedo, que ganó el Sella en 1984 con su hermano Emilio (el padre de Milín), entrena estos días para bajar el sábado.

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