OPINIÓN

Periodistas, opiniones y Colegio Profesional

Prueba de esa falta de competencias de la Asociación es que en los diarios existen compañeros cobrando 900 euros, e incluso menos, sin contrato laboral.

Una de las grandes virtudes del sistema democrático es la libertad de expresión y comunicación. Las posiciones de los columnistas que componemos este puzzle que sostiene entre sus manos -la sección dedicada a la Opinión- pocas veces resultan coincidentes. En la página tres de EL FIELATO cada cuál escribe lo que le viene en gana, sin cortapisas. La única norma es no mentir y respetar la Constitución.

Debo reconocer que mis planteamientos suelen converger con las ideas de Borja Márquez. Una persona a quien considero un segundo padre, tanto en lo periodístico como en lo personal. Por contra, los puntos de vista del director de este periódico, Javier Peruyera, y los míos suelen estar a años luz. Sin embargo, nos profesamos un cariño inmenso. Para mi Peruyera es, más que un compañero, un hermano mayor. A esa estima, que me consta es recíproca, añado mi respeto profesional. Dicen otros periodistas que nuestros debates en las redes sociales resultan muy amenos: “sois los Pimpinela de la prensa”.

Hace unos días leía un artículo de otro compañero, Luis José de Ávila. Ha sido director de La Voz de Asturias, Jefe de Prensa de la Universidad de Oviedo y responsable de Comunicación de HUNOSA. Quien tuvo, retuvo. Ahora, ya jubilado, continúa publicando lúcidos artículos de opinión y participando en diversas tertulias. Ávila es, a mi juicio, uno de los periodistas más destacados de la región porque reúne tres condiciones que pocos atesoran: inteligencia, buena pluma y además es listo. Recuerdo compartir mesa y mantel con Ávila, quien es un gran conversador. Me imagino que todos los que trabajamos con el desaparecido José Vélez hemos departido con Ávila en un algún momento. Formaban un tándem irrepetible.

Si mal no recuerdo, es el primer artículo de Ávila con el que estoy en desacuerdo. Abordaba el Colegio Profesional de Periodistas de Asturias, cuyo proyecto de ley ha sido aprobado recientemente por la Junta General del Principado de Asturias. Esta nueva entidad ha sido impulsada por la Asociación de la Prensa de Oviedo y refrendada por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).

Defiende mi admirado Ávila que la Asociación “es, en definitiva, un sindicato profesional, sin connotaciones ideológicas”  más barato que el Colegio. Lo cierto es que el colectivo gremial no tiene capacidad jurídica para ejercer como tal. Por contra, un Colegio está legitimado de forma automática para presentarse como parte en los litigios que afecten a los profesionales.

Prueba de esa falta de competencias de la Asociación es que en los diarios existen compañeros cobrando 900 euros, e incluso menos, sin contrato laboral. Entiendo que si la Asociación dispusiese de capacidad sindical hace años que habría puesto orden en el gallinero mediático asturiano. Y es que no “somos en estos momentos empleados de empresas”,  como asegura Ávila. Basta echar un vistazo a los periódicos, y conocer a quienes suscriben, para comprobar que muchos de los redactores (probablemente la mayoría) son en realidad trabajadores externos, que deben pagarse los Autónomos de su bolsillo. Con este ingenioso y legal sistema, los medios han convertido en “colaborador” al redactor. Se ahorran la Seguridad Social y le dan una patada en las posaderas cuando les apetezca, sin soltar un sólo euro. Esa es la realidad del periodismo en España. Todos los periodistas, también mi querido Ávila, somos conocedores de ella.


P.D.: Borja -editor de los únicos periódicos rentables y/o sin deudas de Asturias- me enseñó a valorar las cosas por lo que valen, no por lo que cuestan. Aprendí que no siempre se “gana” lo que se “cobra”. Con el Colegio de Periodistas sucede algo parecido, no hay que medirlo por lo que cueste, sino por lo que valga.