SOCIEDAD

La Bolera de Noreña ya lleva el nombre de Emilio Alperi

Emotivo homenaje a Emilio Alperi Fombona

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Bolera Emilio Alperi Fombona

Noreña vivió hoy sábado una emotiva jornada. Los vecinos recordaron la figura de Emilio Alperi Fombona, durante el homenaje que se le tributó descubriendo en la Bolera Municipal una placa con su nombre. Al acto, que presidió la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, asistieron su viuda, Conchi Álverez y numerosos familiares de Fombona, además del director general de Deportes del Principado de Asturias, José Ramón Tuero; el presidente de la Peña Villa de Noreña, José González Camblor y de numerosos vecinos.

La Bolera Municipal de Noreña lleva desde hoy el nombre de Emilio Alperi Fombona, alguien, como recordó Miguel Ángel Fuente Calleja, «que dejó importante huella entre sus contemporáneos, máxime con los aficionados al deporte tradicional asturiano del que fue el auténtico impulsor en las últimas décadas».

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 Conchi Álvarez descubriendo la placa junto a José González Camblor, presidente de la Peña.

Palabras de Fuente Calleja en el acto

Estimada alcaldesa doña Amparo Antuña.  José Manuel González Camblor, presidente de la Peña de Bolos “Villa de Noreña”, queridos deportistas, amigos y vecinos.


Hoy es un día importante para Noreña, un día importante  por el reconocimiento oficial que se hace a un vecino, a uno de los nuestros como se dice ahora, ya que la Corporación Municipal tuvo a bien bautizar esta bolera, sencilla pero eficiente, con el nombre de un gran paisano, con el nombre de un vecino querido que dejó importante huella entre sus contemporáneos, máxime con los aficionados al deporte tradicional asturiano del que fue el auténtico impulsor en las últimas décadas, siempre rodeado de compañeros que no se cansaba de repetir, fueron siempre su máximo acierto. El saber rodearse de buena xente.

Conocí a Milín como todos le llamábamos en Noreña, a principios de los años sesenta cuando con 14 años comenzó a trabajar de aprendiz en un taller  de ebanistería en Los Campones con mi tío José Calleja. Su familia residía en Fonciello y de niño,   conocí su afición por la pesca de rio colocando al oscurecer nasas por él construidas en los arroyos que separan Hevia de Santa Marina,  recogiéndolas al amanecer antes de incorporarse al trabajo. Pescardos, truchas, alguna anguila y poco más,  pero mantuvo la afición toda su vida al igual que hizo con la caza, pues fue un personaje “amañosu”  e inteligente al que todo se le daba bien,  narrando con especial énfasis como desarrollaba estas y otras aficiones. Muchos años después gracias a los amores, volvimos a encontrarnos en Noreña y por lo tanto, seguí de cerca su afición por los bolos, antes juego,  ahora deporte, que en la villa, tras cerrar la bolera La Huertina en La Reguera, había caído en  total desuso.

Con la complicidad del recordado alcalde Aurelio Quirós, fundó en 1999 la Peña Bolística “Villa de Noreña”, construyeron la bolera en Riegos  de donde salieron campeones de diferentes categorías con una facilidad que parecía imposible que así fuese, hasta confirmarse como la Peña más laureada de Asturias. Emilio de presidente. Emilio de armador. Emilio de monitor, aquí o en Buenos Aires,  en el Centro  Juventud Asturiana Siero-Noreña o en Mar del Plata. Siempre con total discreción estaba en todo y todo pasaba por él.

Para que en 2008 aceptase el galardón “Condado de Noreña” nos costaron verdaderos sudores  hasta que le llegó el convencimiento de recogerlo gracias a su familia. No se consideraba con méritos suficientes.

Era buen conversador y expresivo, y lo mismo hablaba de las aficiones de su nieto, de sus tres hijos, de la huerta que cultivaba, de las nuevas técnicas bolísticas, de las apuestas,   o de cómo le escapaban a otras peñas sus pupilos queridos, comentándolo siempre sin un ápice de acritud.  Hoy recordamos un apreciado vecino y personalmente un querido amigo.

Así terminábamos la crónica de su fallecimiento  acaecido el día de San Valentín del febrero pasado, solicitando al consistorio con el beneplácito de sus compañeros de la Peña y por supuesto de su familia,  concediesen su nombre a estas instalaciones que él mismo promovió, considerando que era una petición de justicia como así todos lo entendieron,  celebrando hoy con todos sus amigos como testigos y su familia agradecida.

Miguel A. Fuente Calleja

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