LIERES

En todos los rincones de Asturias hay gente aprendiendo a tocar la gaita

Empecé a tocar gracias a la Fundación Municipal de Cultura de Siero

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Es muy joven, apenas 22 años, pero el gaitero de Lieres Fernando Vázquez Cárcaba acumula ya un envidiable palmarés como intérprete de este tradicional instrumento. Su último premio ha sido el primer puesto en el VI Concursu de Gaiteros Solistes Memorial José Huerta, con el que se cerró el Festival Internacional de la Gaita de Villaviciosa.

–¿A qué edad se inició en la interpretación de gaita?

–Empecé a tocar gracias a la Fundación Municipal de Cultura de Siero, que en 2003 empezó a dar cursos de gaita y justamente los primeros fueron en Lieres, en el Casino.

–¿Y qué le lleva a un niño de 9 años a querer tocar un instrumento tradicional como la gaita?

–No es que me atrajera de antes, sino que mi madre vio en el periódico que iban a empezar los cursos, me propuso apuntarme y yo dije: “Bueno, lo voy a probar”. Sí que es verdad que ya daba música en el colegio Solvay de Lieres (ahora llamado Xentiquina) con Nacho Fonseca y siempre me gustó mucho.

–¿Cómo pasó de esos cursos a tomar parte en concursos?

–Fue gracias a mi profesor en los cursos, Eugenio Otero Vega. Al segundo año me ofreció meterme en la Banda Conceyu de Siero. Pasan los años, vas aprendiendo, y en 2011 él me dijo que si me animaba a empezar a concursar. Eugenio ya tenía experiencia en concursos, me supo aconsejar bien desde el principio y los resultados no fueron malos, algo que siempre te anima a seguir.

–¿Cuál fue su primer trofeo?

–En el primer concurso al que fui, en Bimenes, quedé en cuarto lugar y me dieron el premio correspondiente a ese puesto, que era un güevu pintu. Al año siguiente quedé en el tercer puesto en ese mismo concurso y en 2013 lo gané. Fue la primera vez que hice un primer puesto.

–Este año, con el de Villaviciosa, ya lleva tres primeros.

–Sí, ha sido mi mejor año. Conseguí el primer puesto en La Nueva, tercero en Oviedo, primero en Lliberdón, tercero en el McCrimon de Lorient (al que accedí por quedar entre los cuatro primeros en Oviedo) y, por último, primer premio en Villaviciosa.

–¿Ha resultado difícil hacerse con este Memorial José Huerta?

Sí, en Villaviciosa era un jurado difícil, porque sus cuatro miembros son muy buenos y te pillan en cualquier detalle que falles. Ahora mismo el nivel de gaiteros en Asturias es muy alto, todos son muy buenos y cualquier pequeño fallo es lo que decide un concurso.

–En la actualidad estudia Musicología. ¿Se plantea vivir de la música?

De momento voy a intentar terminar la carrera, que es la vía para aprender la parte teórica. También me planteo volver al Conservatorio y terminar el grado medio de gaita, que sería la parte práctica, aunque es verdad que practico bastante al margen de los estudios. Después tengo muchos caminos que se abren ante mí y tengo que elegir: un máster en profesorado y opositar, el doctorado, dar clases de gaita. Ya veremos qué pasa.

–Supongo que, en cualquier caso, piensa seguir tocando.

–Claro. Ahora no me planteo dejar de tocar, porque cada año que pasa veo que voy a mejor. Además, me han cedido el testigo de la dirección de la Banda de Gaites Conceyu de Siero, que para mí ha sido otro gran premio.

–¿Ve un buen futuro a la gaita asturiana?

–Sí, cada año que pasa se va haciendo más grande este mundillo. Es verdad que el tema de las bandas se explotó mucho, pero a nivel individual cada vez hay más gaiteros y hay chavales que seguro que van a tocar mucho mejor que los que estamos ahora, porque hay muchos buenos profesores y cada vez hay más escuelas. En todos los rincones de Asturias hay gente aprendiendo a tocar la gaita y eso es muy bueno para la tradición asturiana, para que no se pierda algo que es nuestro.

–¿Y qué le gustaría a usted aportar si llega a ser profesor?

–Principalmente lo que me gustaría enseñar es lo que es un gaitero de verdad, al 100%. No enseñar simplemente a tocar en familia o en una fiesta, sino las muchas facetas que hay en un gaitero: tiene que saber tocar en una misa, acompañar a cantantes, tocar para el baile, en una alborada, en una procesión...