Los tres homenajeados por el colectivo vecinal de Vega de Poja (Siero), comparten años y mucha experiencia, tras una vida de trabajo para sacar adelante a sus familias.
Edita Riestra nació en Muñó y se trasladó a vivir a Vega de Poja tras casarse. «Trabajé en el campo como una burrina», asegura. Riestra tiene dos hijos y un nieto y, a sus años, continúa realizando las labores de casa.
«También me activo haciendo cosines por casa» apunta Felisa Montes, quien ya cuenta con una familia más numerosa: 4 hijos, 6 nietos y 4 biznietos. Natural de Bimenes, llegó a Vega de Poja tras vender la hacienda en su pueblo y comprar otra en la parroquia sierense. Coqueta donde las haya, asegura «que pa fotos estoy muy mayor».
Completó el trío de homenajeados Melacio Herrero, natural de León, pero sierense de adopción. Lleva en Vega de Poja 57 años. «Tenía un hermano trabajando con tratantes que se mató en un accidente y me animaron a venir a sustituirlo, por lo que me quedé». Se casó en Villar y tiene dos hijos y varios nietos.
