BORJA

Ciclistas (II)

El caso era llamar la atención, a sabiendas que las iba a llevar.

borja-marquez-fielato.jpg

Mi último artículo (Ciclistas) lo afronté con mucho riesgo, pero no por ello dejé de publicarlo. A lo largo de las últimas dos décadas escribí mucho sobre el peligroso asunto de andar en bicicleta por la carretera. Ni caso, la inmensa mayoría siguen igual, sin luces.
Cada dos por tres se llevan por delante a un ciclista y yo quería que aún a riesgo de llevarlas y que me pusieran a caer de un burro (con toda la razón del mundo), buscara un elemento de discordia que diera lugar a que todo el mundo hablara del asunto, siendo yo el elemento del asunto, por faltón e insultador de un colectivo que no se lo merece. Logré, con creces, lo que quería y ahora ­sin avisarles en el anterior artículo  de este que escribo, pongo las cosas en su lugar­ y entono el mea culpa. Ahí va:
 
Muchas gracias. Si vuelve a leer el texto se dará cuenta que escribo insultando intencionadamente, para que la gente lo leyera muy enfadada y se comentara lo que escribo (“quien se habrá creído este imbécil, gilipollas de Borja, que le den por el culo” dirán muchos de los lectores), no en base a lo que digo, sino que el gancho fuera el insulto. Lamentable, porque el insulto y generalizar no es el camino.
Cierto, en este artículo denoto una educación deplorable, pero no es menos cierto, que escribo intencionadamente. Y, a la vista de la cantidad de WhatsApp y llamadas y mails, todos del mismo estilo, lo debí de conseguir. El caso era llamar la atención, a sabiendas que las iba a llevar. Esto mismo de las luces en la bicis lo escribí a lo largo de XX años sin ningún éxito, nadie lo leía. Ahora, vaya si lo leyeron.

luces-visualizar-ciclistasUna cosa es leer y otra interpretar y, si lo vuelve a hacer fíjese que escribo “empleo el insulto a conciencia”, porque lo que pretendía creo que está conseguido. Ahora vendrá la segunda parte, que en ahora escribo, asumiendo todas las críticas justificadas. Pero esta segunda parte vendrá determinada por el número de ciclistas que pongan la luz delantera y trasera, que es de lo que se trataba. Supongo que muy pocos, pero yo al menos lo intento con una técnica periodística brutal para mi, porque creanme que las estoy llevando en condiciones. Lo sabía de antemano y arriesgué lo que creía que debería hacer.

Nunca, nunca en mi vida un artículo de opinión generó tanta controversia. Se de sobra que la envidia es deporte nacional, que muchísimos me la tienen, por mis éxitos conseguidos y que les pondría en bandeja a multitud de lectores el machacarme de forma dura. Ahora vuelvo arriesgar y quiero ver si mereció la pena recibir tantos insultos e improperios varios, para el asunto de la seguridad en las bicis.
 
CONCURSO
Entre las primeras cien fotos de que envíen a mi correo personal ([email protected]) de sus bicis sin las luces instaladas sortearé cinco juegos de luces que personalmente y, dando la cara (probablemente para que me la partan), las entregaré gustosamente. Si ya tienen las luces, envíen las fotos también, también habrá obsequio.

Guardar

Guardar

Más en Opinion