FRAN ROZADA

Don Quijote en el puente romano""

Lectura del Quijote el sábado junto al Puente Romano

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Original y plausible iniciativa es la que se ha programado para el próximo sábado, día 23, por parte de la Casa de Cultura de Cangas de Onís, puesto que de 12 a 14 y de 17 a 20 horas se hará una lectura continuada de El Quijote al pie del “puente romano”, en el arranque o inicio cangués del mismo. Recordar que ese día se conmemora el 400 aniversario de la muerte del mayor genio de las letras españolas es casi de obligado cumplimiento. Coincide también con que, a lo largo del mes de abril, Cangas Teatro represente hasta en cuatro ocasiones  la inmortal obra de William Shakespeare “Romeo y Julieta”, estrenada por el dramaturgo británico bajo el título de “La más excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta”.

No citamos aquí al más grande escritor de todos los tiempos en lengua inglesa por casualidad, sino por haber fallecido el mismo día, mes y año que nuestro admirable e imaginativo Miguel de Cervantes.

Todos sabemos que hay algo de “truco” en este tema de hacer coincidir ambas muertes en el mismo día porque, para ser exactos con las fechas, debe puntualizarse que, en realidad, Cervantes falleció el día 22 y fue enterrado el día 23 de abril de 1616, y Shakespeare falleció el día 3 de mayo según el calendario juliano que aún estaba vigente en Inglaterra, correspondiendo ese día -efectivamente- con el 23 de abril, pero del calendario gregoriano que los ingleses no adoptaron hasta 170 años después de que lo hiciesen España, Francia, Portugal, Italia y otros países. Desde 1995 la Unesco evoca en esta fecha el Día Internacional del Libro que, en España, se celebra desde 1930.

Cervantes y Shakespeare: la comedia frente al drama. Nunca se conocieron ambos genios y es más que dudoso que llegasen a leer alguna de sus creaciones, ni Cervantes las de Shakespeare ni viceversa.

Interesante fue la vida del inglés, pero la del nacido en Alcalá de Henares rebasa los límites de la más disparatada novela de aventuras. Una vida entre espadas, batallas, versos, teatros, novelas, amores, viajes y que -al menos- hasta en cuatro ocasiones le llevó a la cárcel.

Inutilizada su mano izquierda por el arcabuzazo recibido en la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571, don Miguel pasó apuros financieros hasta sus últimos días de vida. Fue el cuarto de siete hermanos y con las mujeres de su familia tuvo una conflictiva relación. El escritor, a su vez, tuvo amores  dentro y fuera de España. Algo cascarrabias, pobre, anacrónico, aventurero, genial por El Quijote y sublime por otras de sus obras. También un poco vanidoso, como vemos cuando escribió: “Yo soy el primero que ha novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas o hurtadas; mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma”. Mientras su vecino y enemigo -el muy celebrado Lope de Vega- vivía en una lujosa casa con jardín, Miguel de Cervantes murió en una de alquiler, pobre como las ratas. Tal era su miseria que solo pudo dejar encargadas diez misas a la Orden Tercera Franciscana (él que era un gran creyente, hasta tal punto que una vez, recién casado, se fue siguiendo con fervor unas reliquias sin despedirse ni siquiera de su mujer). A su entierro fueron algunos familiares directos, aunque no su hija Isabel que le había repudiado, y pocos vecinos. Redactó un testamento que nunca se ha encontrado, al igual que sus restos -que de tanta actualidad estuvieron los pasados meses- y que seguramente estén revueltos con los de otros muchos.

Su linaje se extinguió, pues la que era su hija natural tuvo una niña que murió pronto y, aunque Cervantes en su obra “Viaje al Parnaso” cita que tuvo un hijo en Nápoles con una mujer a la que llama Silena, nunca nada de él se supo más que llegó a la edad adulta y fue hombre de armas.

Miguel de Cervantes Saavedra sigue siendo, 400 años después de su muerte, el más grande escritor español de todos los tiempos.

Fran Rozada es el Cronista Oficial de Parres

 

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