CARLOS TEJO

El talento y la honradez artística de Emilio Pérez

Emilio Pérez nació en una casa con duende.

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No se merecía menos en reconocimiento y cariño, por eso, gran número de vecinos y amigos acompañaron a Emilio Pérez y a su familia en la despedida que tuvo lugar en la Iglesia parroquial de Ribadesella este pasado domingo.

Emilio Pérez había nacido en una casa con duende. En ella, en 1857 había nacido el más internacional de los artistas riosellanos, Darío de Regoyos. La vivienda también vio nacer en 1892, 1902 y 1904 a los hermanos Uría Aza, y completó orgullosa su cuna de artistas con el nacimiento en 1940 de Emilio Pérez Pérez. “Ese caserón, decía Emilio,  fue mi morada más de 25 años, mi infancia, los juegos y recuerdos por aquellos vetustos muros donde contemplaba dibujos hechos por Bernardo Uría, a modo de bocetos… Desde niño comencé a sentir interés por la pintura”.

Los riosellanos siempre podremos soñar hasta dónde habría llegado Emilio Pérez en el mundo del arte si su dedicación en cuerpo y alma a su profesión de esteticista- peluquero, en compañía de su querida compañera y esposa Carmen, le hubiese permitido compaginar su trabajo de cada día y la carrera de pintor más prometedora que se vislumbrara en los albores de los años 60-70 del pasado siglo. 

Emilio fue el pintor impresionista de la luz de Ribadesella. Emilio siempre fue generoso a la hora de  desparramar los óleos sobre la paleta y de trasladar sus colores sobre el lienzo, en una inagotable colección de matices.

Destacan en Emilio sus paisajes y rincones de la villa, y en 1963 aporta una serie de trabajos a la XXV Exposición Provincial de Arte en Oviedo, donde recibe el Diploma de Mérito, haciéndose un año más tarde con el primer premio de pintura en la XXVI Exposición Provincial de Arte Juvenil. En 1965, una de sus obras es seleccionada para figurar en la XXIII exposición Nacional de Arte de Valencia. En el año 1969 recibió, en Oviedo, la Medalla de Mérito en la XXX Exposición Provincial de Arte de Asturias, finalizando una década que dejaba presagiar todo un futuro de éxitos artísticos; futuro que fue dedicando cada vez con más entrega a su profesión al frente de las peluquerías que iba poniendo en marcha en Ribadesella y posteriormente en Llanes, y que le iban robando el tiempo que hubiese querido dedicar a la pintura 

Los que le admiramos y, además, lo tuvimos como amigo, sólo nos queda recordarlo como persona de exquisita educación, tertulia inteligente, enamorado de los libros, pintor de gran personalidad y riosellano íntegro. Fue un honor para Ribadesella y así se le reconoció en el año 2011 cuando la Casa de Cultura de Ribadesella acogió una exposición antológica con más de 80 cuadros y bocetos, plasmados en gran parte en un catálogo publicado por la Asociación Cultural Amigos de Ribadesella.  Hasta siempre Emilio.

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