OPINIÓN

La Asturias que madruga

Juntos, quienes componemos esta Asturias que madruga, tenemos que pensar cómo queremos que sea la Asturias que está naciendo

 

Somos la Asturias que madruga cada mañana para ir a trabajar (o para intentar encontrar trabajo), para estudiar, para abrir la persiana de un comercio, para cuidar de su pareja, hijos o nietos. Somos la Asturias que se indigna con los gánsteres de la especulación mundial que juegan con deuda de los países o el precio de la soja. Somos la gente digna y resistente que no se corresponde con la Asturias que nos malgobierna: la de las juergas con las ‘black cards’, la de la trama jamonera del Caso Marea y la de la “herencia” de Villa. Somos los que no teníamos voz. Todos sabíamos que no podíamos seguir al margen de la política, pero necesitábamos un nuevo instrumento donde fuésemos protagonistas. No nos valía la tinta roja o azul, necesitábamos tinta morada. Y es que todas las opciones electorales nos habían decepcionado, incluso cuando no esperábamos nada de ellas. Nos urgía una nueva política, pero eso no debía convertirse sólo en un lema publicitario. 

Juntos, quienes componemos esta Asturias que madruga, tenemos que pensar cómo queremos que sea la Asturias que está naciendo. Tengo 33 años, ¿cómo ha de ser Asturias en el 2030? Cuando mire atrás, ¿cómo quiero haber vivido mi vida adulta? A los que tengáis 50 o 60, ¿cómo queréis que sea vuestro concejo durante vuestra jubilación? Nos estamos jugando mucho. Imagínese que está en el borde de un acantilado, agarrado/a de la mano de una persona. Y si le suelta, caería. Si pudiera elegir qué gente le sujeta de la mano, ¿a quiénes elegiría? ¿No buscaría a la gente más ética y fiable? Eso es lo que estamos decidiendo: qué construimos y con quién. Estamos buscando a gente que en un parlamento a partir de Mayo puede apretar el gatillo de recortar o no en educación y sanidad, defender o no el campo asturiano, paralizar o no los desahucios. Son nuestras vidas lo que nos jugamos. Por ello no podemos sustituir una casta por otra y tenemos que incorporar a quienes sean más inteligentes, éticos o trabajadores que nosotros mismos. Porque no necesitamos gobiernos de los “amigos” sino gobiernos de la Asturias que madruga.