OPINÓN

Políticos y sus Programas

Ahora la gente piensa que votando a PODEMOS, asunto arreglado. NI HABLAR.

“Puedo prometer y prometo, que ahora voy y te la meto. Y una vez metido, nada de lo prometido” Aplicable a todos los partidos.

Vulgar acepción, de mal gusto, ¿ordinaria?

Escribo: tan real como la vida misma. Y es que el señor Rajoy presentaba un programa que se lo pasó por el arco de triunfo; su antecesor igual y hasta el alcalde de Villaviciosa, Luarca o Llanes, cumplen el ordinario axioma del comienzo.

Y ¿por qué ocurre esto?, porque la gente no es muy aficionada a leer, y los políticos saben de sobra que los pocos que lo leen, se les olvida a los dos días. Y, lo que es peor, ¿qué hacer cuando no cumplen su programa? NADA, no se puede hacer nada, salvo que salga un gobierno en minoría, justo lo que debería pasar en España para poner orden en el “gallinero”.

Pienso que el programa es una babayada, porque ni lo cumplen, ni la gente lo lee.

En la España reciente la gente votó mayoritariamente a Rajoy, porque estaba hasta el gorro de un gobierno del PSOE que desoyendo a todos los técnicos económicos hizo lo que le dio la gana y en menudo lío nos metió.

Ahora la gente piensa que votando a PODEMOS, asunto arreglado. NI HABLAR. España debe la hijuela y el dinero de los grandes capitales es tan volátil, como que con pulsar un tecla de ordenador se cambia el dinero de lugar. EL DINERO NO TIENEN PATRIA.

Seamos sensatos: aquí mandan, querámoslo o no, los que nos prestan dinero y a los que les debemos trillones de pesetas (miles de millones de euros). Los políticos irán a menos, menos, menos. Vuelve la dictadura del capital y la única manera de aceptar el nuevo orden económico (NO SALIR DE LA CRISIS, una falacia más de los políticos), es que los técnicos y políticos de todos los países se reúnan, pongan sobre la mesa los grandísimos problemas que nos acechan y, analizado el mal, operar de la forma menos dolorosa.

El cáncer no se combate diciendo “voy a luchar, lo intentaré todo”. No y mil veces no. Se puede vencer (en raras ocasiones), tras la detención del mismo (crisis); reunión y valoración de los diferentes y mejores profesionales sobre la enfermedad (economistas) y, por último, que el paciente se someta estrictamente al proceso médico que le dicen los médicos (los ciudadanos afectados por el mal de la crisis). Aún así, la mayoría mueren, aunque siempre existe una porción de gente que sobrevive.

 La enfermedad es tan gorda que solo se sale de ella con una eficaz y buena dieta.

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