JOSÉ LUIS DÍAZ

Viva la Pepa

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Lo políticamente correcto no es otra cosa que decir lo que se debe por contraposición a decir lo que se piensa o siente. Y por lo tanto, es no permitir que nadie diga lo que piense si no coincide con lo que se debe decir. Mi amigo Antón siempre me dice: “… si pudiéramos decir la verdad y quedar bien…”. Pues no amigo Antón, no se puede. Según parece.

El resultado de decir lo que se debe es: que se dice lo que todo el mundo sabe porque se ha oído miles de veces; y que se dice lo que está de moda oír (y así vamos creando tópicos), es decir algo que no servirá para nada porque no servirá para clarificar la realidad en la que se vive.

Lo políticamente correcto comporta una sociedad a la que le importa más ser atendido en una circunstancia antes que la posibilidad de ser libre frente a esa circunstancia.

Así pues con lo políticamente correcto silenciamos aquello que podría suponer duda y de esa manera vamos creando la más eficaz fórmula de censura: la autocensura.

El 19 de marzo fue el cumpleaños de nuestra primera constitución, la de 1812, la de las Cortes de Cádiz, la “Pepa”. Desde entonces los españoles sabemos que hay un estadio superior al patriota, un grado con más sentido que el nacionalista, y ese no es otro que el de ciudadano. Mermar un ápice esa cualidad es un sacrilegio social. Por aquel entonces se popularizaron canciones como el “Trágala” o el himno de Riego. Quizás fueron los referentes que hoy consideremos como políticamente incorrectos. Los riosellanos tuvimos algún protagonismo entonces, y quién sabe si acaso lo volvamos a tener en estos tiempos de ahora.

Hoy voy a ser políticamente incorrecto y quedar mal porque sigo pensando que algunos riosellanos prefieren que los principales problemas queden sin resolver antes que ver a alguien con el mérito de resolverlos. Y lo aplico a todos los niveles. ¡¡Viva La Pepa!!!

 

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