MARIJE AMIEVA

Carta a los posibles votantes de PP y PSOE

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Ayer tuve un sueño. Me despertaba en Asturias, creo que en Collía. Desayunaba en el jardín de la casa que acababa de construirme. Mientras encendía el portátil, para comprobar la agenda del día, apuraba un zumo de naranja natural. Hacía un día espléndido y yo estaba feliz. Trabajaba en un gabinete de comunicación de una multinacional con un sueldo acorde a mis tres idiomas, licenciatura, diplomas, cursos de doctorado, experiencia y edad. No era mileurista, como la mayoría de los periodistas en España. "Mamá, mañana no puedo ir a comer, tengo que ir a Oviedo", adelantaba a mi madre por teléfono mientras enviaba un email a mis amigos -quienes también habían dejado de ser mileuristas- proponiendo un destino para nuestra próxima escapada.
De repente, me despierto. Abro los ojos en una cochiquera londinense por la que pago un riñón. Voy corriendo al metro, que me cuesta 150 euros mensuales, mientras llamo a mi madre para confirmarle que este año también me perderé Santa Rita y Les Piragües. Hora y media más tarde llego a la oficina. Pero antes, por el camino, me acuerdo de usted. En realidad, recuerdo a su puta madre. Sí, porque es usted quien se empeña en robarme mis sueños, quien está empecinado en hipotecar mi futuro, a la par que el de sus hijos y nietos. Si usted -querido imbécil- no jugase con mi vida, me importaría un carajo lo que vote el próximo domingo. Pero resulta que lo que elija en las urnas es determinante para los jóvenes exiliados. Las elecciones de este año son vitales para nosotros porque constataremos si los asturianos quieren que regresemos o, por contra, nos siguen condenando a la diáspora.
Felipe González y Aznar son ahora multimillonarios, ex ministros de PP y PSOE sientan sus posaderas en consejos de administración de compañías energéticas y de telecomunicaciones... pero a usted le trae sin cuidado. El PP está inmerso en decenas de casos de corrupción que salpican a los pesos pesados del partido y el PSOE ídem. Aunque los ERES y la Gürtel nos queden lejos, aquí en Asturias tenemos dos tramas sonrojantes que han metido entre rejas a un consejero y una alto cargo de la Administración Areces. Los casos Renedo y Aquagest demuestran que la corrupción en Asturias no ha sido una excepción, sino una norma.
Pero a usted le importa un comino. Se plantea la política como un partido de fútbol: Barça vs Madrid, PP contra PSOE. Sólo hay dos opciones. Y usted apoya a los suyos, aunque le roben y manden a sus hijos, nietos, vecinos... a la cola del paro o más allá del Huerna. Usted vota al PP porque el PSOE es el causante de las mayores tragedias que asolan al país. Y viceversa. Si su partido gana y se pasa por el arco del triunfo sus promesas electorales, le parece estupendo, porque en Asturias gobernaría el PSOE y no el PP. "¡Viva eR Beti, m´anque pierda!". Créame, es usted un/una gilipollas integral, una persona totalmente idiota. Me permito el lujo de llamárselo en su cara porque su inmensa ignorancia me está jodiendo a mi. Y por ahí no paso.
De camino a la oficina sigo dándole vueltas al asunto. ¿Por qué alguien votaría a uno de los partidos que nos roban, mienten, provocan la mayor oleada migratoria desde el franquismo, conducen el país a la quiebra...? Sólo existen dos posibilidades: porque es usted estúpido o porque está chupando del bote. Es decir, porque su partido le ha enchufado y está saboreando las mieles del erario público. Recuerdo entonces las familias completas que trabajan en el Hospital y el resto de chiringuitos utilizados por los políticos como moneda de cambio electoral. Sí, sí. ¡Familias enteras, claramente vinculadas a algún partido político! Debe ser que los parragueses que no están identificados en ningún bando son rematadamente idiotas o que los militantes/simpatizantes de determinados partidos tienen unas capacidades y coeficiente intelectual superior al resto de vecinos. Una vergüenza. En ese caso, es normal que vote a la mano que le da de comer. Si roban, que roben. Usted y los suyos tienen el puestín garantizado con su partido en el poder. A los demás que nos den por donde se empiezan los cestos. Permítame que le diga que es usted, a grandes rasgos, un inmoral, oportunista y un desgraciado.
No está en mi ánimo decirle a quién debe votar. Apoye usted a Ciudadanos, Podemos o el Partido de la Cabra Bermeya y el Escalopín Volador. Pero sea usted consciente de lo que está votando. El bipartidismo es sinónimo de continuidad. Consulte con la almohada si quiere quedarse como está o prefiere explorar nuevas opciones.
En todo caso, déjeme decirle que no es lo mismo votar en las autonómicas que en las municipales. En las primeras uno opta por un partido, en las segundas se decanta por un grupo de personas. Es decir, no es lo mismo votar a Javier Fernández que a Cepi (candidato del PSOE en Siero) o Gerardo (candidato del PSOE Llanera). Todos militan en las mismas filas, pero mientras en Siero y Llanera se practica un socialismo auténtico, con los principios y valores que han hecho grande al partido, los tejemanejes de la Calle Santa Teresa dan arcadas. Tampoco es justo comparar a "CheLines", quien vendió a su amigo Cascos por hacerse cargo del PP en Asturias, con Pepín (alcalde de Cangas de Onís) o Chami (regidor de Peñamellera Baja). Estos últimos han llevado a cabo unas políticas honestas y acertadas en sus respectivos municipios.
Me despido pidiéndole que vote por mi, por sus hijos en paro, por los nietos que tendrán que irse del país para poder llevarse algo a la boca. Le ruego que no se resigne a admitir que pertenezco a una generación perdida, que será la primera en la historia de España destinada a vivir peor que sus padres y/o sus abuelos. Le suplico que sea hombre/mujer de partido, que defienda el ideario del PP y el PSOE, porque en ninguno de sus estatutos está permitido robar, mentir, manipular... Si quiere a su partido no respalde con su voto las momias que -tras décadas mangoneando- han dinamitado las teorías de Marx y Pablo Iglesias, por ejemplo. Vote, por favor, pero hágalo a conciencia.

P.D.: Sé que me va a caer una buena bronca de Maxi la de Coviella por la cantidad de tacos que contiene este artículo. No son dignos de "una señorita fina y educada", pero me he quedado descansada. De hecho, creo que he bajado tres tallas. ¡Qué me quiten lo bailao!

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