Comité: conjunto de personas elegidas para desempeñar una labor determinada en representación de un colectivo. Del latín “committere”: reunir, juntar. Los partidos políticos cambian por la combinación de dos factores: uno interno, debido a una cuestión de liderazgo, organización, recursos… otro externo (el más común y frecuente) debido a las transformaciones que van surgiendo en su entorno y que deben ser percibidas y notadas por la propia organización del partido. Sin embargo sólo en esta última instancia, cuando un partido sufre una circunstancia externa adversa, es cuando el cambio se produce, o debe producirse.
El PSOE debe tener la capacidad para detectar desde el principio esos cambios. Pero no se ha sabido percibir con ninguno de los sentidos lo que ahora nos está agobiando. Nuestro problema no es tanto oponernos a un gobierno que aun no se ha formado por la derecha, cuanto saber el azote que se nos viene encima por la izquierda. Estamos en esa dura incertidumbre en que no sabemos si cortejar o ser pretendientes. En política cuando se menosprecian o desdeñan las circunstancias que nos son contrarias, éstas suelen venir más deprisa y en mayor cantidad. Véanse las elecciones de diciembre y compárense con las de ahora.
En el PSOE hemos estado más ocupados (y seguimos por lo que veo en ese pertinaz y terco error) en cómo recuperar el poder, que en hacer un análisis sereno para buscar las causas de por qué lo hemos perdido, para de esa manera saber cómo recuperarlo. Es una cuestión de método de trabajo del que no nos estamos percatando. La diferencia entre una taza de té y el té, es que si la taza se cae al suelo deja de ser taza, pero el té seguirá siendo té aun en el suelo. Buscar imposibles es huir hacia adelante acaso a ninguna parte, y unas nuevas elecciones son la disculpa que algunos verían en el egoísmo individual que nadie nos perdonaría. Pero donde estamos hemos llegado solos sin ayuda de nadie.
