BORJA

Confederaciones, inundaciones y otras cosas a montones

Por un lado, no nos dejan limpiar, bajo imponentes multas. Y por otro lado, Confederación tiene poca dotación económica (dirán ellos) y limpian lo justo, tirando a menos

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Inundaciones

 

La semana pasada de nuevo los ríos fueron noticia. NO ME EXTRAÑA LO MÁS MÍNIMO. Allá por los años 80, de los diez millones de votos del hoy magnate (siempre puro en ristre y grandes lujos) Felipe González, probablemente había un gran problema: ¿dónde vamos a colocar a los nuestros? Hasta ahora los otros, los de Franco, tenían  muchos puestos “dactilares” y, ahora, que llegamos nosotros –dirían los del PSOE– , pues habrá que hacer lo mismo, pero a lo grande, que para eso nos votó el pueblo y no un golpe militar.

Y en los años 80 comenzaron a engordar las listas de los sufridos listos que en el franquismo y tardo franquismo “lucharon” por echar al que se había reído de todos ellos y palmó en la cama. Pues hala, que no es pechuga. Vamos a formar chiringotes, chiringuitos y chiringuitinos, que tenemos mucho personal del partido a colocar. Sindicatos, juventudes y toda esa martingala. Y así fue. Las consecuencias las vamos viendo.

Pues un enorme asunto “agente colocador de afiliados” lo pudo inventar aquel fenómeno que se llamaba Cosculluela, ministro del ramo en aquellos años 85. Miles de iletrados y letrados socialistas a chupar del “tetu”. Ni que decir tiene que Cosculluela, cuando terminó el chollu de ministro en varias legislaturas, casualmente fue nombrado Presidente de la patronal de Obra pública. Seguramente por aquello de “administrador que administra y enfermo que enjuaga, algo traga”. Y todos aquellos  “polvos” que nos está metiendo esta golfería mandante, hacen que nos lleguen los lodos de los ríos a nuestras casas.
Los ríos dependen de unos políticos, normalmente y presuntamente golfos (no todos),  que en el desarrollo de su actividad lo que más hacen es poner multas y NO DEJAR limpiar los cauces de los ríos a los vecinos colindantes. Pero no sólo eso. Ellos tampoco lo hacen, porque su razonamiento es que no tienen dotación. ¿Cómo carajo la van a tener si tienen que pagar sueldos a una tropa que no veas?

Y en ellas andamos. Por un lado, no nos dejan limpiar, bajo imponentes multas. Y por otro lado, Confederación tiene poca dotación económica (dirán ellos) y limpian lo justo, tirando a menos. Pues ahora que llegan las elecciones ya saben qué tienen que hacer, al menos los que viven a la orilla de los ríos. ¿El qué? Pues ir a uno de estos nuevos partidos y en su programa obligarles a que escriban  que las Confederaciones cambien la ley y escriban  que van a dejarte cuidar tu río y los lleraos (pedregal formado por las aguas a orillas de los ríos). Y aunque existan arbolinos que alberguen nidos de “cucurucú de la india” (por citar ejemplo de ave voladora), que no pongan pegas a la hora de tirar el citado árbol que obstruye el paso del río.

No le de más vueltas, amadísimo parroquiano, los que moran por las Confederaciones a sueldo de oro se hicieron los amos de nuestros ríos y nos crujen a multas por limpiar lo que ellos no hacen. Serán Golfos. Y no se preocupen, que todo lo más que pasará es que, si ganan los otros, ya pondrán en esos inútiles y perniciosos puestos a otros enchufados del nuevo partido mandante. Les da igual. Hace muchísimos años que digo y escribo que el mayor enemigo del ciudadano es el Estado. En este caso la Autonomía de Asturias. Lo del medio millón de pozos ilegales que hay en España depende de las Confederaciones. Algunos se enteraron ahora, como de la Brigada de Salvamento minero (en extinción, como las minas) a raíz del desgraciado accidente del niñín andaluz. Prubín. No se preocupen, que la Confederación Hidrográfica del Sur, seguramente no tiene nada que ver.

* Este artículo va dedicado a todos los sufridores vecinos que viven y tienen fincas a las orillas de los ríos. Y en especial, a mi gran amigo José el Bolero. Un gran profesional de Canero (Valdés-Luarca), cuya ganadería está a la orilla del río Esva.

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