FRAN ROZADA

Graciano, el soñador

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Con la finalidad de asistir a la presentación del libro de poemas de Graciano García “Una tierra, una patria, un alma”, en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo nos dimos cita -en el atardecer del pasado jueves- más de 1.200 invitados. Se trata de una recopilación de los poemas escritos durante toda su vida, la mayoría de las veces en una tarjeta, en la servilleta de un restaurante o en un mensaje de móvil y que su secretaria, Teresa Caso, fue recopilando y mimando, guardándolos y ordenándolos. Así durante varios años, hasta que un día Teresa los pasó a limpio y se le ocurrió entregárselos encuadernados. De ahí surgió el germen de este libro. Graciano nació en Moreda de Aller el 12 de octubre de 1939 y fue un periodista de los que marcaron época en Asturias. Pero su mayor labor -y la más conocida- fue la creación de la Fundación Príncipe de Asturias que -con sus reconocidísimos premios- llega este año a su XXXV edición, la primera en la que pasarán a denominarse Premios Princesa de Asturias. Es -desde el año 2009- el director emérito vitalicio de los mismos, y no es inhabitual verlo -en el atardecer del penúltimo viernes de cada mes de octubre- observar, desde un lugar discreto, el desarrollo de la recepción que tiene lugar en los salones y patios del Hotel de la Reconquista, tras la entrega de los premios en el Teatro Campoamor. Es como si contemplase perplejo -casi sin dar crédito- el nivel de popularidad al que llegó aquella creación suya de 1980. Salvando las distancias y los proyectos de ambos, a veces me recuerda a Dionisio de la Huerta en su avanzada madurez, no dando credibilidad a la evolución e importancia alcanzada por la Fiesta de las Piraguas, como si se les hubiesen ido de las manos sus “inventos”, pero con la enorme satisfacción de haber sido sus “padres”. «El mayor privilegio para mí es que estos versos hayan sido capaces de emocionar a un rey», afirmó Graciano el jueves, pues el libro está dedicado a los Reyes de España, don Felipe y doña Letizia; desvelando después las palabras de Felipe VI tras leer las suyas: «Me han emocionado muy profundamente». “Una tierra, una patria, un alma”  es «un canto a la bondad del ser humano». Cuidada fue la velada, con la proyección de bellas imágenes de Asturias, mientras se iban sucediendo reflexiones de la vida, pareceres y sentires del protagonista, acompañados por escogidas melodías de Karl Jenkins, Xuacu Amieva o de Leonard Cohen.
Ana de la Calle, representante de la editorial Nobel; la secretaria de Graciano, Teresa Caso; Xuan Bello -prologuista del libro- y el muy erudito profesor, escritor y crítico José Luis García Martín, arroparon en la tribuna a un Graciano que cerró el acto con sentidas palabras de agradecimiento. “No soy poeta, soy un periodista que escribe lo que siente y lo que ve. La poesía es un canto a la bondad humana que se atreve a reivindicar que la maldad no tiene futuro”, concluyó.
No solo estaban presentes en el acto numerosas autoridades y el que llaman “todo Oviedo” arropando a Graciano, pues por allí andaban -entre muchos otros- treinta becarios Erasmus de diferentes países.
Graciano siempre dice que él no sabe hacer cosas pequeñas, y en la presentación de esos 117 poemas volvió a evidenciar lo que fue siempre: un soñador a lo grande.

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