JAVIER PERUYERA

La iglesia en la que yo creo

El dominico colungués Miguel Ángel Gullón se enfrenta al imperio mundial del azúcar con su crucifijo como única arma.

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Miguel Ángel Gullón dominico colungués

 

El dominico colungués Miguel Ángel Gullón Pérez se ha puesto del lado de los suyos: de los agricultores, trabajadores y pobres, en una de las más depauperadas provincias de la República Dominicana, El Seibo. Gullón, que lleva allí casi 18 años haciendo una enorme labor social, encabeza la protesta de los pobres frente a los ricos, frente al imperio mundial del Azúcar, El Grupo Vicini, que ha decidido diversificar su negocio y erradicar las plantaciones de caña, de las que viven miles de personas, para plantar caoba y cedros destinados a la fabricación de muebles para las mansiones de los más pudientes.

Y allí esta Gullón, con su crucifijo como única arma, como David frente a Goliat. Esa es la iglesia en la que yo creo, la que representa el dominico colungués y no la de las homilías de hora y media; la del celibato, que acaba en lo que todos sabemos o la del postureo de curas eruditos ávidos de salir en la foto.

Javier Peruyera

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