Un pabellón para el Telecable

Nos pasamos las dos últimas semanas dando pábulo a la posibilidad de que o el Oviedo o el Sporting subieran a Primera División, y la cantidad de páginas que nuestros medios de comunicación han derrochado para contarnos todos los detalles de una noticia histórica que, al final se ha quedado en nada. Pero la proliferación de historias de las llamadas humanas, en las que se fabulaba sobre un decisivo partido entre los dos equipos asturianos cara al ascenso de categoría, que hasta en los periódicos aparecieron matrimonios que estaban divididos por su afición futbolística, padres e hijos que se inclinaban por un club u otro y vecinos que verían el partido en la tele juntos, cada uno con la camiseta de su afición favorita.

Es necesario y absolutamente justo que el ayuntamiento, el Gobierno del Principado o cualquier otra institución dote al equipo femenino de hockey sobre patines, que lleva mucho tiempo en la élite de un pabellón digno

Pues todo eso no sirvió de nada, salvo para llenar conversaciones de chigre, mandar whatsApp a los compis de curro recreándose en la derrota o hacer estudios estadísticos sobre las posibilidades de que subiera el cuarto o quinto clasificado, según los históricos de los últimos 10 años. Ambos clubes, con presupuestos más que suficientes, siguen vegetando en la Segunda División. Y lo que te rondaré, morena.

Mientras tanto, otros deportes minoritarios, con las cuentas temblando y las ilusiones a flor de piel, no tienen ni un suelto en los periódicos regionales y las instituciones miran para otro lado cuando se trata de ayudar a desarrollar una competición que, como todo en la vida, cuesta dinero además del esfuerzo de los jugadores. Especialmente es inquietante esta situación en el deporte femenino.

En este contexto, me gustaría hablar del Telecable femenino de hockey sobre patines, un equipo que tiene gran cantidad de seguidores pero menos socios de los que tendría que tener y, sobre todo, no dispone de un lugar suficientemente amplio y con un buen aforo para que se reúnan sus aficionados y animen a las chicas a conseguir más títulos todavía de los que han logrado.

Campeonas intercontinentales, campeonas de Europa, de la liga de este deporte, de la Copa de la Rey. Lleva varios años en la élite del hockey pero, para poder participar en la última copa intercontinental en Argentina, que se trajeron para casa, tuvieron que rogarle al Gobierno asturiano que les subvencionara con 40.000 euros porque no podrían competir si no disponían de ese dinero.

 Y lo peor, mientras el Sporting dispone de un fabuloso acuerdo con el ayuntamiento para que le alquile El Molinón por solo un euro al año, las jugadoras del Telecable no cuentan con un pabellón de deportes suficiente y tienen que entrenarse y disputar sus partidos en Mata Jove, que lleva bastante tiempo quedándoseles pequeño; y con llamamientos a la afición para que lleguen con una hora de adelanto a los partidos importantes si quieren encontrar sitio sentados.

Es necesario y absolutamente justo que el ayuntamiento, el Gobierno del Principado o cualquier otra institución dote al equipo femenino de hockey sobre patines, que lleva mucho tiempo en la élite de un pabellón digno que le procure disponer de los suficientes asientos para que los cada vez más aficionados que vibramos con el Telecable podamos respaldar cómodamente a las chavalas, a estas magníficas jugadoras que dan a los asturianos tantas alegrías. Y si al Sporting le cuesta El Molinón un euro al año, el Telecable debería tener un presupuesto especial para el mantenimiento y la disponibilidad del pabellón. Si no lo hacemos pronto, toda esa matraca de apoyo al deporte femenino se queda en una mera promesa electoral de quien no cree en las promesas electorales. Y cuánto antes se ponga en marcha, mejor.