BORJA

Veinticinco años no son tantos

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Pues hace veinticinco años justamente, justo, salió el primer Fielato en la segunda quincena de Junio. El tiempo pasa volando, y volando casi me mato, porque el pasado sábado 25 fue el día que me pegué el porrazo allá por tierras aragonesas, concretamente en Castejón de Sos. Ese día nací. Luego, un añín tien esti nenu. Pero los 25 pasados marcaron  una época en mi vida laboral. Trabayé mucho, pagué más letras de cambio que las letras que llevo escritas. Me empufé hasta la cabeza, y ahora, cuando pasan todos estos años, haciendo balance, conseguí muchas cosas a raíz de esta publicación que usted lee.

La fiestina de celebración se retrasa a Julio, solo y solamente solo, porque mi sucesora en la dirección de EL FIELATO hace muchos años, no puede venir desde París donde reside va unos cuantos años. Susana Peruyera, junto con mis hijos Carlos, primero, después María y por último Quico, marcaron un antes y un después en nuestro periódico. Hoy, uno ya jubilado, ve pasar los periódicos por delante y recuerda lo que luché porque este proyecto fuera una realidad. Fue una lucha muy divertida, de no ser por la cantidad de perres que debía a la Caja Rural, única que confió en nuestro proyecto y nos financió alguna parte de lo que costó. Ellos ganaron buenes perres y yo pude hacer el mejor proyecto periodístico en los últimos años de capital íntegro Asturiano: EL FIELATO.

Cierto, se acometieron otros proyectos de comunicación como la TPA, pero con dinero de todos, para disfrute de algunos. Y eso que la TPA tiene unos programas muy buenos, junto centenares de empleados, pagados por todos a través de los impuestos.

A los políticos, al principio les venía bien el asunto de EL FIELATO y no daban un céntimo por nosotros. Luego ya no les debió venir tan bien y nos cortaron las alas todo lo que pudieron. Y, últimamente estos melandrucos, que es lo que son, la tomaron con nosotros para ver si nos cerraban. Es la especialidad de los actuales políticos: cerrar empresas y robar todo lo que se pueda, como en Oviedo o Gijón, donde dejaron unos pufos espectaculares, aunque los ciudadanos les dan el voto sin dudarlo.

Sin lugar a la menor duda el Estado es el mayor enemigo del ciudadano y lo que más me costó en estos 25 años. Papeles y más papeles; pagos a Hacienda, Seguridad Social, empresas eléctricas. Son una plaga que no hay manera de quitárnosla de encima. El día de las votaciones le decía a una gran rapaza, política regional: los Políticos sois unos enemigos a lidiar. Me decía que ella trabajaba mucho. Días de 10 horas. Le pregunté que qué pasaba si no iba un día, o una semana. Nada me dijo. Le volví a preguntar que si fichaba en el “trabajo”, y le recordé que son unos privilegiados a sueldo de oro. Son enemigos, nunca amigos de nadie.

Pero los alcaldes, no son políticos. Esos son de otra pasta, a no ser los de las grandes urbes que conjugan el verbo robar maravillosamente. Los alcaldes como el de Cangas, Onís, Llanes, Ribadesella y muchos más de nuestras comarcas son gentes que se vuelcan en resolver los problemas de sus vecinos, e ir a buscar a Oviedo, Madrid o dónde sea, perres pa poder jacer coses. Pero en Oviedo y Madrid, se encuentran con los profesionales de la política, que según el palo mandante le atienden en mayor o menor medida.

Una plaga: la plaga política regional y nacional. Insisto: los mayores enemigos de las empresas y ciudadanos. No les auguro buen porvenir a la clase política regional y nacional. A la vez aplaudo a todos los alcaldes y concejales que en su mayoría no cobran nada y ponen de su bolso para ayudar a los vecinos. Si los otros, los profesionales de la política, al menos justificaran su sueldo y no robaran como roban (no todos), la cosa iría mucho mejor. Un  saludo efusivo a Bárcenas, Pujol y otros muchos en territorio Español. Anda que les den.

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