Acuerdo para proteger El Sidrón
Hace once años, en marzo de 1994, tres espeleólogos gijoneses que exploraban una cueva de Piloña se encontraron de repente con restos humanos en ella. Unos restos que resultaron ser increíblemente reveladores para la historia de los hombres ya que, tras analizarlos, se descubrió que pertenecían a un grupo que había habitado aquella cavidad hace unos 50.000 años (aproximadamente). Concretamente, los análisis científicos determinaron que los restos hallados pertenecían a 13 humanos, entre los que había hombres, mujeres, adolescentes y también niños pequeños, conocidos ya como Los 13 del Sidrón.
Desde aquel primer descubrimiento se han extraído de la cueva piloñesa más de 2500 fósiles correspondientes a estos individuos, que han arrojado muchísima luz sobre la investigación neandertal y han convertido a la cueva del Sidrón en el mejor yacimiento del mundo para estudiar el ADN neandertal. Un tesoro prehistórico de Asturias que aún podría revelar nuevos aspectos sobre la vida de nuestros antepasados neandertales.
A principios de semana, el Gobierno de Asturias, el Ayuntamiento de Piloña, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Oviedo firmaban un protocolo para proteger, conservar, investigar y difundir este tesoro prehistórico que representa el Sidrón. Un documento que “refrenda el compromiso del Principado con el yacimiento piloñés”, tal y como aseguraba el Consejero de Educación, Genaro Alonso, durante el acto de la firma de este convenio, el cual tendrá una vigencia de cuatro años y plantea la creación de una comisión de seguimiento integrada por arqueólogos, paleantropólogos, prehistoriadores y el propio ayuntamiento de Piloña.
Foto de familia de autoridades e investigadores a su llegada a Infiesto
Victor Velasco, Patricia Ferrero, Genaro Alonso y Santiago García durante la firma en Infiesto
El texto recogido en el acuerdo sellado establece como objetivos fundamentales la protección y conservación de la cueva y de su entorno, además de asegurar la continuidad de las investigaciones científicas en el yacimiento, la promoción de actividades educativas y el impulso de eventos científicos y encuentros que faciliten el conocimiento relevante de los trabajos que se lleven a cabo en la cueva. El convenio suscrito también promueve iniciativas de turismo cultural y ocio, que contarán con el asesoramiento de la Universidad de Oviedo y del CSIC, destinadas a difundir los hallazgos científicos y a la promoción del concejo de Piloña.
El acto de firma de este convenio tenia lugar a principios de semana en la exposición permanente sobre los 13 del Sidrón, ubicada en el centro de la localidad de Infiesto. El Consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso; el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda; la teniente de alcalde de Piloña, Patricia Ferrero; y el vicepresidente de Organización del CSIC, Victor Velasco, fueron los encargados de rubricar el convenio, que asegura que el Sidrón seguirá estando protegido y será estudiado para seguir arrojando luz sobre la forma de vivir que tenían nuestros antepasados neandertales.
Una de las mejores colecciones de fósiles neandertales del mundo
El paleoantropólogo Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que ha liderado el proyecto “Paleobiología y evolución de los neandertales de El Sidrón”, afirma que la colección de restos de la cueva piloñesa ha llenado un vacío en la paleantropología de España, ya que en la Península Ibérica se carecía de una muestra representativa de fósiles de esa época. “El Sidrón ha aportado la mejor colección de fósiles neandertales en este espacio geográfico y una de las mejores del mundo (…) Las investigaciones científicas desarrolladas en los últimos años sobre El Sidrón han contribuido de forma clave a cambiar la concepción de los neandertales tanto en la sociedad española como a nivel mundial”, indica Rosas. “los resultados obtenidos en el Sidrón han contribuido notablemente a dar a conocer y comprender el universo neandertal al público en general, despojándolos de su imagen tosca y deshumanizada, colocándolos en su justo punto como especie humana tan diferente y, a la vez, tan próxima la nuestra”.
