CANGAS DE ONÍS

La antropologa valiente que desarrolla su tesis en Cangas de Onís

"En este tiempo todavía no me he encontrado con nadie que no se haya brindado a ofrecerme su ayuda, su conocimiento y su tiempo. Estoy inmensamente agradecida a los vecinos de Cangas de Onís"

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 Una antropóloga en los Picos de Europa


Desde hace 4 meses, hay una antropóloga inmiscuida entre los habitantes de Cangas de Onís. Su nombre es  Noelia García  y desarrolla, en la ciudad canguesa y en el entorno de los Picos de Europa, trabajo de campo. Esto significa que se dedica a  escuchar, apuntar, consultar material documental y observar de manera participativa los usos, costumbres, historias y cambios que los vecinos le van contando.

Noelia es una mujer araña. Ella  teje una tela que crece y crece a medida que intercambia conversaciones con la gente. Cuando la concluya, intentará sacar conclusiones en forma de Tesis Doctoral. Un trabajo mediante el que pretende adquirir formación y conocimiento práctico como profesional de las Ciencias Sociales, pero que también tiene como fin servir de utilidad para la gestión ambiental y social de las zonas montañosas de la Comarca, de Asturias y de España, «espero que mis conclusiones puedan contribuir a que se dé una mayor compatibilización entre conservación ambiental y desarrollo local, y una mayor integración de todos los usos que se hacen en áreas naturales como la de los Picos de Europa».

Noelia en bicicleta en los Lagos de Covadonga


Noelia no es sólo una mujer araña, hacendosa y concienzuda. También es una mujer jilguero, valiente e inquieta, que ha renunciado a un puesto de trabajo y un sueldo seguros para perseguir su sueño, enredado en etnografía y deportes, las  dos pasiones que la trajeron (parafraseando al señor director de este periódico) a esta Bendita Comarca. «El eje principal de mi análisis en la zona de Picos es el deporte, sobre todo el montañismo. Entre otras cuestiones, analizo su evolución. Investigo e indago acerca de cómo nacieron o se han ido transformando algunas prácticas; cómo se perciben hoy día, qué valores simbólicos y sentidos se les dan, cómo se han ido re-significando las actividades productivas del territorio desde que este fue declarado Parque Nacional, cómo se han ido influyendo mutuamente a lo largo de las décadas el deporte/montañismo y esta área natural…», explica.


Habla mucho y rápido, acompañando sus mil explicaciones con una sonrisa enorme y transparente. «Los usos deportivos son reflejo de muchas cosas. Como actividad social que son, constituyen un espacio idóneo para el análisis y reflejan las problemáticas y los valores sociales específicos del momento histórico en el que se enmarcan. Me interesa la práctica deportiva en la zona de Picos en el contexto actual en que nos encontramos, de políticas neoliberales en el ámbito rural y de procesos de patrimonialización y de mercantilización de la naturaleza. Me interesan las actividades deportivas en relación (o no) con experiencias turísticas en esta área protegida, con la actividad empresarial local, con las intenciones de fijar población en la zona, con el patrimonio etnográfico, con las prácticas tradicionales, con la conservación del entorno...Es un tema muy en auge» –Para, para coger aire. Sonríe y continua, concluyendo- «Hay muchos hechos relacionados con el deporte y estrechamente vinculados al Parque Nacional de los Picos de Europa».


Una de las cosas con la que su sonrisa más se ensancha es cuando habla de la gente que ha ido conociendo.  De alguna manera, la amabilidad y el cariño de los vecinos de todo el Parque Nacional –y muy especialmente de los de Cangas de Onís– le ayudan a llevar mejor este momento de cambio vital para ella. Una decisión que ha sido como dar un salto, dejando atrás una vida ya montada para empezar otra, muy distinta, abordando un estudio autofinanciado que la lleve a doctorarse en Antropología ambiental. «Entiendo la etnografía como una experiencia intelectual, pero también muy humana. Estoy enamorada de mi estudio y, aunque mi decisión ha sido arriesgada, espero que los resultados contribuyan a poner un grano de arena en el enriquecimiento de los territorios rurales de montaña. Aún estoy lejos de  publicar la tesis pero ahora mismo me parece de justicia utilizar este medio para dar las gracias. Esta experiencia me está aportando mucho, estoy creciendo como antropóloga y como persona...y esto no sería posible sin la gente que he conocido en la zona. Gente de todo tipo. De edades, profesiones, ideologías, aficiones y procedencias muy distintas. En este tiempo todavía no me he encontrado con nadie que no se haya brindado a ofrecerme su ayuda, su conocimiento y su tiempo. Todas las personas responden a mis preguntas con paciencia infinita, me facilitan referencias bibliográficas y contactos, me regalan o prestan libros, me muestran rutas y rincones preciosos, me abren las puertas de su casa, de sus recuerdos, de sus emociones…me siento afortunada y agradecida. La tan cálida acogida con la que se me ha recibido, sin conocerme de nada, hace muchísimo más llevaderos los momentos difíciles de soledad, de pesimismo, de inseguridades, dudas… que de vez en cuando hay que afrontar en el trabajo de campo».
Sirvan estas letras en este periódico para hacer justicia a su agradecimiento, tesón y valentía. A su labor y su esmero. A las mujeres con fuerza. Y también como aviso a los habitantes de Cangas de Onís: si dan con ella, déjense entrevistar y aporten conocimiento y valor a su estudio, porque así contribuirán a ayudar a las Ciencias Sociales, a la gestión inteligente de la tierrina y a la alegría de Noelia, maravillosa y contagiosa.