POSADA DE LLANES

La Feria de la Huerta, del campo y de Productos agroalimentarios se celebró en Posada

La lluvia del domingo deslució ligeramente la cita pero, aún así, volvió a congregar a muchisima gente

huerta-posada-2.jpg

La lluvia regó la Huerta de Posada

No faltaron los tomates, ni los pimientos, la lechuga, las cebollas o las berenjenas. Tampoco los boroños, la miel, las rosquillas, las  tortillas, el quesu, ni la sidra, pero la lluvia incesante que quiso hacer acto de presencia el domingo por la mañana aguó ligeramente la celebración que, desde hace 36 años, Posada de Llanes organiza alrededor del mundo rural y sus productos.


La feria de la Huerta, del campo y de Productos agroalimentarios que se celebra en la localidad llanisca tuvo el sábado una gran afluencia de visitantes y celebró con normalidad la degustación de quesos, la parrillada y otras actividades, que culminaron con fiesta y animación nocturna, pero el domingo se vió ligeramente mermada por la climatología.


Del total de 120 expositores inscritos para participar en la Feria, sólo unos 80 resistieron el envite del agua caída del cielo y participaron con normalidad en los concursos de sidra casera, huertos, productos de la huerta y artesanía. Entre ellos, las maliayas Mercedes Costales y Dolores Alvarez, madre e hija procedentes de El Candanal (Villaviciosa) que se llevaron a casa tres premios por la calidad de su huerta y hortalizas. La lluvia tampoco espantó a José Angel San Juan, procedente de San Roque del Acebal, que ayudado por su hijo, Carlos, se llevó el tercer premio de los productos de la huerta.

Carlos San Juan, desde San Roque del Acebal, con una muestra de lo mejor de sus viveros llaniscos.

Dolores Alvarez, desde Villaviciosa, posa con las mejores verduras de su huerto

Unos metros más allá de la familia San Juan, José Antonio Fernández y Dolores Gómez preparaban rosquillas sin parar, «tienen mucho éxito porque saben a las de casa de toda la vida. La receta es del año 1746 y nosotros las preparamos desde el año 1980», cuenta Antonio, espumadera en mano, «el 99% del tiempo trabajamos en Asturias, aunque vivimos en Cantabria y somos originarios de Pontevedra.  Aquí se vende muy bien y somos asiduos a los certámenes que se organizan por los diferentes concejos», añade. También desde Cantabria, Arturo Saez se afanaba cortando chorizo para dar a probar a los visitantes, «llevo viniendo más de 30 años. Antes vendíamos queso, pero ahora traemos embutidos y panes y también algunos dulces. Es una pena que llueva así porque normalmente el ambiente que hay es genial pero, claro, el día está para encerrarse en casa, la verdad», contaba resignado. También resignada por la lluvia y desde Vibañu, la cariñosa Pili Fernández vendía empanadas, bollos preñaos y borona y, unos puestos más allá, Manuel Collera hacia lo propio con sus quesos de Vidiago, que su familia elabora desde el año 1940.
Al filo de las doce de la mañana, el Alcalde llanisco, Enrique Riestra, junto a los concejales Juan Carlos Armas, Marián García de la Llana, Priscila Alonso y Miguel Alonso, recorrieron, armados de paraguas y chubasqueros, los distintos recintos feriales .
Antes de partir de la Feria, El Fielato hizo una última parada en el puesto regentado por la Asociación de vecinos de Bricia, que acudieron a Posada armados de variedad de tortillas y de sidra casera, lo cual vendían en forma de  pinchos y culetes a 0,50 centimos  para sufragar su fiesta, Nuestra Señora de la Paz, que se celebra en la localidad cada mes de enero.

 

Antonio y Dolores preparando rosquillas el domingo por la mañana

Arturo Saez con la variedad de pan que tenía para acompañar sus embutidos

 

El quesu de Vidiago de la quesería Collera no faltó a la cita de Posada

Pili Fernández, desde Vibañu, ofrecía una buena variedad pa matar la fame