TORAZU

El Festival de la Boroña de Forna, en Torazu, repleto de gente

El pregonero de la cita este año fue Alberto Rodriguez, presentador de TPA

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 La Boroña de Forna fue la protagonista del domingo en Torazu

 

Una docena de mujeres con escuela de cocina tradicional grabada en las manos, las amasadoras , fueron las encargadas de preparar, concienzudamente, las más de 30 boroñas preñadas de forna que el pasado domingo inundaban de ambiente y buen olor las calles del precioso pueblo de Torazu.

El amasado de la harina es un trabajo imprescindible, previo al cocinado, que es  clave para el sabor final. Un trabajo que las amasadoras se toman muy en serio y conocen muy bien, gracias al legado dejado por sus antepasadas.

Tras el amasado, llega el turno del relleno. Jamón, panceta y chorizos – a doce buenos trozos por boroña-. Después, darles la forma cónica característica de esta zona y cubrirlas con hojas de berza, sin otro recipiente, para meterlas en las fornas que las contendrán -bien roxadas, previamente, por los roxadores -. Alli permanecen, cociendo lentamente, durante un mínimo de 20 horas.

El resultado: 30 hermosas y doradas boroñas que las amasadoras abrieron y convirtieron en raciones y que fueron repartidas entre el numeroso público que acudió el pasado domingo a disfrutar de la edición número 21 del Festival de la Boroña de Forna. Toda una fiesta dedicada a un manjar con siglos de historia y que tiene tantas formas de preparación como concejos hay en Asturias.

 

Boroña, Borona, Boronchu…En Cabranes es Boroña. Tiene que ser de forna para ser auténtica. Y estar preparada por amasadoras y roxadores, las dos patas que sostienen este Festival junto con el trabajo de la Asociación Cultural y Recreativa Torecense, que no deja de ensalzar la sabiduría, el esfuerzo y la técnica empleada por estas mujeres y hombres, almas causantes del buen sabor y del éxito de la Boroña de Torazu.

El mercau tradicional, cargado de artesanía y de productos agroalimentarios y regado con la música y los bailes de los Yerbatos de Bimenes y el corriellu la Pandorga, fueron la antesala a una comida en la que, además de buena Boroña, se repartieron raciones de parrillada y arroz con leche.

 

 

 

Antes de comenzar el festín gastronómico en el robledal de la Sienra, el encargado de dar el pregón este año fue Alberto Rodríguez, carismático actor asturiano muy conocido por ser presentador de varios programas de la TPA. Rodriguez dio un pregón cargado de humor y que despertó la carcajada continuamente entre el público, describió Torazu como “un lugar donde no pasa el tiempo…donde los paisanos y les paisanes cuidan de la tierra y de las tradiciones”, y alabó el trabajo de las amasadoras, “espero que las mujeres gobiernen por fin el mundu. Seguru que nos iría mejor que con los gobiernos de paisanos”, dijo, haciendo también un guiño a un palco de autoridades en el que las féminas eran mayoría.

Tras el pregón, se llevaron a cabo los tradicionales homenajes a las personas que, con su esfuerzo y trabajo desinteresado, hacen grande el Festival de la Boroña y el pueblo de Torazu. Irene García Canellada (piloñesa de nacimiento pero cabranesa de adopción y organizadora de multitud de eventos en Torazu), Pepe Covián ( asturianu de pro siempre preocupado en cuidar y guardar las tradiciones toracenses) y Eugenio Caravia (empresario que siempre lleva a Torazu por bandera y que este año financió la iluminación navideña del pueblo, que fue todo un éxito) fueron los tres homenajeados por la organización del festival. Además, el Ayuntamiento de Cabranes hizo un reconocimiento a 2 roxadores: Amparo Fernández,“Amparito”, y Jesus Quiroga.

Gerardo Fabian, alcalde de Cabranes, no perdió la oportunidad de agradecer “la labor de todas las personas que trabajan para llevar a cabo el Festival” y aseguró que el relevo generacional, tanto para la Boroña de Torazu como para el Festival que la ensalza, está asegurado: “No sólo el relevo generacional que compete al Festival que hoy celebramos sino el de todas las fiestas de Cabranes, que son un ejemplo de trabajo para recuperar y mantener tradiciones entre todos”.

Tras los homenajes, los aplausos , los culinos de sidra correspondientes y teniendo ya las mesas bien preparadas y dispuestas para disfrutar, comenzó el reparto de raciones de boroña y parrillada y la hora de rellenar los estómagos de felicidad.

El buen tiempo acompañó esta jornada dominical dedicada a la Boroña de Forna.