Tomarse una tarde de descanso, desconectar en medio de la naturaleza, llevar un delicioso picnic casero y tumbarse mirando al cielo son auténticos placeres de la vida que pueden realizarse si se hace una escapada a las inmediaciones de un faro. Algunos más accesibles y otros algo más escondidos, la visita de algunos de los faros más representativos del oriente asturiano puede ser un plan de lo más apetecible para hacer, sobre todo, con amigos, pareja y familia. Estos son algunos de los faros más asombrosos del oriente asturiano.
1. Faro de Tazones, uno de los faros del Oriente de Asturias más populares
Ubicado en el concejo de Villaviciosa, se encuentra a unos 11 kilómetros de la capital homónima del municipio. Su situación concreta es la Punta del Olivo o de Las Ariceras y se encuentra a más de 120 metros sobre el nivel del mar. En medio de un entorno de jardines de unos 2.000 metros cuadrados rodeados de un espectacular muro de piedra.
El material que forma el faro es piedra arenisca; con relación a los detalles de su estructura y estilo arquitectónico, cabe destacar que la torre es de planta rectangular con una planta inferior de unos 150 metros cuadrados y otra superior con una magnitud inferior de unos 50 metros.
Una peculiar escalera de caracol de hierro, una inscripción (Faro de Villaviciosa. Año de 1864), una cúpula plateada opaca y una fachada de color blanco con tejado rojo son otros de los elementos más distintivos de este bonito faro lleno de historia y arte.
Respecto a su origen, se puede resaltar que su año de construcción fue en pleno siglo XIX (1864 concretamente). En su inicio, funcionaba a partir de un aparato Sauter con una lámpara de émbolo y un resorte de aceite de oliva. Más adelante, en 1883, comenzó a usarse parafina de combustible y ya en siglo XX, al término de la Guerra Civil (1939), se instaló un destellador de gas acetileno. Durante los siguientes años, fueron haciéndose pequeñas incorporaciones y modificaciones, entre las cuales, destacan la introducción de electricidad en su lámpara, la instalación de una sirena en 1953 o la colocación de un equipo electrónico de destellos.
Dejando a un lado sus detalles técnicos, la visita a este faro es un plan fantástico para descubrir nuevos lugares en enclaves privilegiados. Su situación frente al mar, su entorno natural y sencilla accesibilidad hacen que sea idílico para acudir en familia y con amigos.
2. Faro de San Emeterio
En la localidad de Pimiango en el concejo de Ribadedeva, se encuentra el que es, probablemente, el faro más aislado de Asturias. También conocido como Faro de Tina Mayor. Aun así, desde Pimiango, el acceso es relativamente simple, aunque es preciso destacar que el camino para poder contemplarlo tiene tramos algo estrechos e irregulares. En sus inmediaciones se encuentra otro de los principales atractivos de la zona: las cuevas del Pindal.
En lo que respecta al faro, se puede destacar que se sitúa a unos 70 metros sobre el nivel del mar y a unos 10 sobre el terreno. El complejo global del faro abarca un total de 2.000 metros cuadrados. Inaugurado en marzo de 1864, apenas ha sufrido reformas importantes, por lo que la mayor parte de sus características estructurales y decorativas permanecen desde hace casi dos siglos. Aun así, algunas de las reformas trascendentales fueron el reemplazo del petróleo por la gasolina en 1917, la electrificación de la lámpara en 1920 y el cambio de la linterna en 1950.
Del Faro de San Emeterio destaca su escalera de caracol, un balcón de hierro, su ausencia de instalación sonora y los destellos equidistantes en una frecuencia de unos cinco segundos, que alcanza unas 20 millas de distancia.
Puede que sus alrededores silvestres y su aislamiento sean un hándicap para muchos, pero precisamente, estas características son las que hacen de este faro un rincón mágico lleno de encanto. Además, su correcta señalización le otorga un plus de fiabilidad y seguridad para aquellos que tengan dudas o cierta reticencia.
3. Faro de Llanes
En la Punta de San Antón, a tan solo tres kilómetros de la capital llanisca, se encuentra este asombroso faro en medio de un acantilado. En un terreno de 400 metros cuadrados (algo menor que los anteriores), pero no por ello menos espectacular, este edificio cuenta con dos edificios unidos entre sí: uno de dos plantas destinado a viviendas y otro de una única planta donde se realiza la labor de iluminación de barcos.
Ubicado a unos 18 metros sobre el nivel del mar, este faro cuenta con una linterna cilíndrica de unos 2.000 milímetros en una cúpula semiesférica y un alcance de 15 millas. Su historia ha pasado por diversas fases: en su inauguración en 1860, se caracterizaba por una lámpara de aceite de oliva, que fue sustituida por una de petróleo veinte años más tarde.
La electrificación del faro llegó en 1920, pero en 1946 sufrió un terrible incendio que obligó a realizar una remodelación y restauración completa del mismo, incluyendo la sustitución de linterna. Por otro lado, cabe destacar que más adelante, concretamente en 1959, se instauró el servicio de radiofaro que fue eliminado en 2001.
Al estar en contacto con Llanes, la visita al faro puede incluir el acercamiento a otros lugares de atractivo turístico que se encuentran en la zona como los cubos de la memoria, la Playa de Puerto Chico, el paseo y el puerto marítimo o la Ermita de la Virgen de la Guía. Además de una gran variedad de bares, parques y restaurantes para poder disfrutar tras su visita.
4. Faro de Luces
También llamado Faro de Lastres, pero su ubicación exacta se encuentra en la localidad de Luces dentro del concejo de Colunga. Se trata del faro más reciente y joven de la tierrina, ya que entró en funcionamiento en 1994, con una instalación de una nueva óptica en 2001. Con cinco destellos cada 12 segundos, un alcance de 23 millas y una altura de unos 117 metros sobre el nivel del mar, este faro lleno de encanto no dejará a nadie indiferente.
En un terreno de más de 1.000 metros cuadrados, cuenta con una fachada y diseño que son dignos de admirar: rodeado de un muro de piedra, cabe destacar que tiene planta cuadrada y una asombrosa torre cilíndrica cuya belleza destaca también por su singular entorno, atardeceres y paisaje.
No es de extrañar, que este faro haya sido elegido por muchos cineastas como escenario y localización para muchas de sus películas. La zona donde se puede disfrutar y contemplar de este rincón tan mágico se denomina Prau el Picu y desde el faro se puede acceder a zonas emblemáticas de la región como la playa de Rodiles, la Punta de Tazones, el Cabo Lastres o la Punta Misera. Estos destinos merecen un tiempo de nuestra agenda, a la par que la vista de los imponentes acantilados que preceden el emblemático Faro de Luces.
Poder contemplar y admirar estos faros y su entorno es, sin duda, una oportunidad fantástica para acercarnos y maravillarnos gracias a su peculiar encanto y magia.
