La llegada ayer de Iñaki Urdangarín a la Hostería de Torazo (Cabranes) podría haber pasado desapercibida. Sin embargo y muy a su pesar, quien fuera Duque de Palma hasta el escándalo del caso Nóos difícilmente consigue disfrutar del anonimato que -entendemos- persigue en su vida. Resulta casi imposible que así sea tratándose de quién, en breve, será oficialmente ex marido de la Infanta Cristina. Pero más todavía porque una pareja de guardaespaldas le acompañó en la llegada a esta escapada deportiva en Asturias. Esa misma protección que tantos ríos de tinta ha hecho correr en los últimos meses ante la pregunta inevitable: si Urdangarín no forma parte de la Casa Real ¿por qué debe contar con este servicio de seguridad a costa del erario público?
Al margen de estas consideraciones, Urdangarín está en Torazo como integrante de un club ciclista acompañado de Ainhoa Armentia, quien hace apenas 48 horas acaparaba titulares de la prensa rosa por la presunta crisis que atraviesa la pareja. Visiblemente despreocupados y vestidos con ropa de deporte, la pareja preparaba la ruta junto con otras ocho personas minutos antes de comenzar la actividad.
Da la casualidad que la visita de esta pareja a Torazo coincide con la presencia de la Infanta Elena en Asturias también por un motivo deportivo ya que se encuentra participando en el IV Concurso Internacional de Saltos 3 estrellas de Maeza en Sariego, a escasos 20 kilómetros del alojamiento elegido por Urdangarín y su novia.
En Torazo (Cabranes) también estuvieron, siendo príncipes, Don Felipe y Doña Letizia, para entregar a los vecinos el galardón de Pueblo Ejemplar de Asturias, concedido por la Fundación Princesa de Asturias en 2008.
