La titular del Juzgado de Primera Instancia de Cangas de Onís, María del Carmen Márquez, ha concluido que las dos educadoras de la Escuela Infantil de Ribadesella son inocentes de los delitos de maltrato y trato degradante continuado del que fueron acusadas por un compañero, que no dudó en ceder a un programa de televisión de tarde y buena audiencia unas imágenes grabadas con cámara oculta para respaldar la acusación.
Tal y como consta en la sentencia, la magistrada considera que no existen pruebas para respaldar el maltrato además de alegar que los menores no estuvieron en situaciones de peligro y, además, que no sufrieron daños derivados de la labor de las educadoras acusadas.
Tampoco vio en las imágenes aportadas por la acusación que los menores sufrieran prácticas vejatorias ya que, para que así fueran y como consta en la sentencia, deberían prorrogarse en el tiempo y, según recoge la magistrada, «esa prolongación en el tiempo que se denuncia no ha sido acreditada en ningún caso».
Sobre la actuación del compañero que denunció la praxis de estas dos educadoras utilizando un programa de televisión, la magistrada considera que podría estar relacionada con la mala relación del mismo con ambas educadoras además de considerar que «el hecho de crear un ambiente favorable a su postura a través de declaraciones en periódicos y televisión autonómica resulta cuando menos sospechoso de un interés que, lejos de buscar favorecer a los menores y el funcionamiento de centro, se decanta a su favor ante un proceso de selección».
La sentencia, que no es firme y del que cabe recurso de apelación, sí contempla que se haya dado «situación de descuido» por parte de las educadoras sin considerar esto motivo para una condena.
