La Virgen de las Nieves, esa escultura en piedra caliza que aguarda al final de la ascensión del Urriellu, ha vuelto a desaparecer incendiando las redes sociales de montañeros de la talla de Ramón Portilla. Un clamor que ha provocado un movimiento sin precedentes que, si bien está todavía a la espera de ser validado por la opinión pública, podría hacer que la Virgen de las Nieves se transformara en la "Paisanina del Urriellu". Una escultura obra de Silfredo Torrado que buscaría, fundamentalmente, desprender a este símbolo del Naranjo de Bulnes de cualquier halo religioso. «La intención es que cada persona que llegue allí», contaba a este medio Torrado, «la interprete como quiera y evitar, sobre todo, que vuelva a desaparecer».
El hecho de que sea Torrado el autor de esta "Paisanina del Urriellu" no es casualidad. «Estaba haciendo dos réplicas de la Virgen de las Nieves; una encargada por una mujer cuyo hijo se mató en Urriellu y que quería colocarla en un monte en Madrid», declara este escultor que empezó a trabajar la piedra como hobby de la mano de la familia Cardín y que hoy cuenta ya con un buen número de obras repartidas en espacios públicos del oriente de Asturias, «y otra que era un encargo para un amigo que, cuando ya había empezado a tallarla, me pidió que fuera fiel a la primera Virgen de las Nieves que coronó Urriellu en 1974... y la mía no se parecía en nada pero, justo en ese momento, la escultura desapareció de la cumbre».
Me gustaría dejar sin argumentos al que vandaliza esta escultura por motivos religiosos, que dé pena tirarla y que la gente le coja cariño
Sería así como Torrado decidiera proponerle a Bernabé Aguirre, muy vinculado también con el mundo de la montaña y con Urriellu en particular, una nueva visión para que esa figura testimonial fuera respetada por todo el mundo. «Puede que el problema venga porque algunos, de forma extremista, lo consideren un símbolo demasiado religioso a pesar de ser, únicamente, un símbolo que atestigua que has coronado Urriellu», abundaba Silfredo, «por eso y para garantizar la permanencia en el tiempo, la "Paisanina del Urriellu" puede ser una buena alternativa». Una figura inspirada en la misma imagen que todos conocemos pero que, sin embargo, podría tener muchas lecturas diferentes.
Puede ser una virgen, un medidor de altura, una paisanina que le está dando el pecho a su hijo y luego se pone a hacer queso; o, incluso, un guiño de humor para hacer reír
Este giro de la clásica Virgen de las Nieves, que forma parte de la tradición montañera y está considerada por el propio escultor como «una recompensa añadida a hacer cumbre», quiere contar con el apoyo primero del mundo de la montaña y, también, de la opinión pública. «Estoy hablando con los más representativos del pico para exponerles la idea que tenemos», nos contaba Bernabé Aguirre, «de todos los alpinistas y montañeros de todas las condiciones que puedas imaginar, todos han dicho lo mismo: es una imagen que no puede faltar arriba».
Y en esa lista hay nombres que no se pueden pasar por alto como son Juanito Oyarzábal, Sebastián Alvaro, Ramón Portilla o Nacho Orviz. «Y la lista crece con cada consulta que hago», decía Aguirre, «forma parte de la identidad del pico, como lo hace la Madonna del Gran Paradiso en los Alpes o la cruz del Cervino».
Hacer desaparecer un símbolo de una cumbre es hacer daño al sentimiento de los montañeros y escaladores de todo el mundo
Como han hecho otras veces, Aguirre asegura que buscarán la Virgen de las Nieves y su peana en las caras del Urriellu. E incluso, va más allá asegurando que es incluso probable que se la hayan llevado a casa porque «es fácil, por el peso, cargarla en una mochila». «Lo único que tengo claro», decía con rotundidad, «es que quien lo ha hecho es asturiano y que ha querido hacer pasar la desaparición por un "accidente" fruto de estos días de viento, porque nunca antes había desaparecido la peana».
La virgen es una referencia. Si no está, la foto puede hacerse en cualquier parte y no se distinguiría de una escombrera
La "Paisanina del Urriellu" lo coronaría en primavera
Mientras este nuevo enfoque para el símbolo del Naranjo de Bulnes se somete a opinión, Silfredo continúa trabajando en la idea creativa de esta nueva escultura que, por el momento, solo tiene rostro. La imagen contemplaría otros símbolos como un copo de nieve, la altura de Urriellu o la cara oeste tallada pero, también, un pequeño chiste para el visitante. «En la trasera de la escultura, aparecería el mensaje de "no me tires que no tengo paracaídas"». Una frase que pretende tener fines disuasorios para evitar que una séptima imagen desaparezca de la cima.
Cantería Cardín, que ya es mi casa y que colabora conmigo también en este proyecto, ya regaló tres vírgenes que desaparecieron
Torrado todavía tiene tiempo para dar forma a la "Paisanina del Urriellu" ya que, hasta la próxima primavera, no está previsto reponer -de la forma que sea- esta simbólica imagen ligada a Urriellu. Y el hecho de que sea en 2024 no deja de tener todavía más simbolismo ya que es en ese año cuando se cumplen 50 años de la primera escultura que se subió a lo alto del pico «a la espalda de Chus Valgrande, el primer olímpico de esquí asturiano» como menciona Aguirre.
Mientras tanto, la cumbre de Urriellu estará desnuda de es imagen esculpida en caliza, como el propio pico, que señala al montañero el final del trayecto y, también, lo abriga como hace esa mujer -virgen o paisana- con su hijo.
