Roberto de Paz lleva más de 20 años trabajando en la zona Oriente como veterinario de peritaciones de Agroseguro, agrupación de entidades aseguradoras que da cobertura al mundo agrario; y conoce la zona como la palma de la mano, ya que por las características de su labor está acostumbrado a atender animales incluso en zonas de difícil acceso. Sería él quien en noviembre del año pasado y tras los casos detectados en octubre en Onís por un veterinario clínico, Oscar Rodríguez, diera la voz de alarma también en Cangas de Onís. Un concejo en el que, desde entonces, se han producido varios brotes de carbunco bacteridiano.
Ahondamos con él en esta enfermedad que no solo afecta al ganado bovino sino, también, a equino y ovino para comprender la importancia de esta enfermedad y, sobre todo, para entender los pasos a seguir en caso de tener un animal sospechoso de ser portador de ella.
El carbunco bacteridiano se suele dar en épocas de sequía. Sin embargo, ahora mismo se han detectado varios brotes y no se dan estas circunstancias ¿a qué es debido?
- Hay diversos factores por los que ahora nos estamos encontrando casos del llamado ántrax. Efectivamente el verano pasado, cuando se dieron los brotes de Onís y de Cangas de Onís, puede que el motivo fuera una sequía como hacía años que no se vivía. Como consecuencia de ella, las esporas de este bacilo afloraron a la superficie del terreno dejando, por tanto, zonas de pasto contaminadas. Los animales por la escasez pastan a ras del suelo e ingieren la espora. Es probable, además, que el año pasado murieran animales por ántrax que no se detectaron y no se enterraron siguiendo el protocolo, por lo que están contaminado los pastos. Hacía muchos años que no ocurría un episodio así, y siempre que hay una escasez de pasto en los puertos, la mortalidad en el ganado es mayor por distintas causas y patologías, no sólo por esta. Pero una vez detectado el carbunco bacteridiano, es importante la destrucción de los restos cumpliendo con las medidas de bioseguridad porque los animales carroñeros, como los buitres, actúan también como contaminantes de pastos. El bacilo al contacto con el oxígeno forma una espora que es muy resistente y que puede estar décadas sobre el terreno. La acción de los buitres, por ejemplo, favorece que eso suceda al abrir los cuerpos de los animales muertos y exponer la toxina al ambiente. Por eso incluso no habiendo sequía como es el caso de ahora, el ántrax está presente incluso con un carácter más agresivo.
Los veterinarios de campo actuamos como cortafuegos: vemos estos animales, sospechamos de la enfermedad y alertamos a los servicios sanitarios oficiales. Solo así es posible evitar contagios entre reses, evitando muertes, el perjuicio económico que eso conlleva, y lo peor, el posible contagio en humanos
Se suceden los casos ¿esto es normal?
- Según la OMSA (Organización Mundial Salud Animal) el carbunco bacteridiano está en la naturaleza en todo el mundo, salvo en la Antártida. Los estudios nos dicen que normalmente son casos esporádicos, salvo en países donde es endémico, España no lo es. Otros años se han notificado brotes en otras comunidades, como Extremadura por citar un ejemplo. Ahora que ya sabemos que tenemos episodios aquí, lo importante es cumplir con las medidas recomendadas, la vacunación de los animales, eliminación de los cadáveres cumpliendo con las medidas de bioseguridad, detección rápida y notificación de los casos a los Servicios Veterinarios Oficiales. Ante una sospecha clara no se debe de manipular los animales sin tener en cuenta estas medidas. Existe una sección de Epidemiovigilancia en el servicio de Sanidad y Producción Animal de la Consejería de Medio Rural y Pesca. Y no olvidemos que el carbunco bacteridiano es una enfermedad de declaración obligatoria.
¿Por qué los profesionales veterinarios le tenéis tanto respeto a esta enfermedad?
- Los profesionales de mayor riesgo somos los veterinarios y ganaderos porque es una enfermedad zoonótica. El ser humano puede contagiarse a través del animal, enfermo o muerto, a través de tres vías: cutánea, la más habitual al entrar en contacto con los restos del animal; inhalatoria, al respirar las espora, o digestiva, si consumimos esa carne. La forma de transmisión más habitual es la cutánea: manipulamos el animal con las manos, en las que podemos tener una herida, y el bacilo entra en nuestro organismo. Por eso es tan importante que se conozcan sus síntomas, su forma de actuar y, ante la sospecha, se detecte de forma temprana para poder intervenir además de evitar la manipulación de los animales muertos. Es una enfermedad grave en animales pero también en humanos.
Conocer a fondo el ántrax o carbunco bacteridiano es clave para evitar contagios. Es un bien común. Por eso tenemos que estar todos a una: ganaderos, veterinarios clínicos, oficiales, peritos y autoridades sanitarias y organismos competentes, solo así podremos tener control de la enfermedad
Se da la circunstancia de que en el brote registrado en junio en Cangas de Onís los animales estaban vacunados. ¿Cómo es posible que contrajeran la enfermedad?
- Por poner un ejemplo, sucede como con las vacunas del COVID: los animales también necesitan adquirir la inmunidad, incluso en algunos casos puede que falle por distintos motivos, como en todas las vacunas no hay una efectividad del cien por cien. Las vacunas contra el ántrax son específicas para esta enfermedad, es contra el Bacillus anthracis no hay que confundirla con el carbunco sintomático, la pernera que se llama de forma coloquial, ni con otras enfermedades que provoquen otras bacterias como los clostridios. Es importante hacer el diagnóstico diferencial con estas enfermedades que también pueden causar muertes súbitas. La vacuna según indicación se aplica una vez al año y, en zonas en las que la enfermedad es endémica, cada seis meses. Es lo recomendado.
Ante la sospecha de tener una res muerta por carbunco bacteridiano o ántrax ¿qué se debe hacer?
- Lo primero de todo sería avisar a los servicios veterinarios oficiales para que indiquen el protocolo a seguir. Dadas sus características, no es posible hacer una necropsia de los restos in situ porque podría ser un foco de contagio. Además y de cara a manipular estos animales, es fundamental hacerlo con un EPI, utilizando siempre guantes... para evitar el contagio. Y, de confirmarse el positivo del animal, seguir el protocolo de bioseguridad, que nos indican, enterrar al animal en cal viva en el lugar en el que está en caso de ser una zona de difícil acceso o, en caso de que pueda ser retirado, avisar al servicio que se encargue de ello de que se trata de un animal infectado por carbunco bacteridiano o ántrax. Como decimos los veterinarios “la salud animal es la salud del pueblo".
