Casi medio siglo: ese es el tiempo que ha tardado esta vecina de Garaña afincada en Llanes en volver

La visita forma parte del programa "Añoranza" del Principado de Asturias
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photo_camera De pie a la izquierda, Olaya Romano; en el centro de la imagen, María del Mar Blanco Frade; y, a la derecha, Enrique Riestra, alcalde de Llanes.

Han sido 48 años. Casi medio siglo los que ha tardado María del Mar Blanco Frade, de 69 años y natural de Garaña, en volver a pisar su Llanes natal. Algo que fue posible en la tarde de ayer, martes, gracias al programa "Añoranza" para emigrantes asturianos y que convirtió la recepción organizada en el Ayuntamiento de Llanes en una tarde llena de emociones a la que no faltaron ni Olaya Romano, directora general de Emigración y Políticas de Retorno del Principado de Asturias; Enrique Riestra, alcalde llanisco, y el equipo de gobierno municipal. 

Afincada en Venezuela desde niña, ella misma declaraba la increíble oportunidad que suponía para ella este programa ya que, como declaró en su visita al Consistorio, por sus propios medios no habría podido volver a la tierra en la que creció hasta que se mudó a Caracas siguiendo a su padre con apenas 7 años de edad. Ella misma contaba que pudo regresar de visita con 20 años pero, desde entonces, no había podido viajar de nuevo. Durante la tarde, María del Mar Blanco Frade desgranó sus planes para los próximos días. Visitar la casa en la que nació en Garaña o reencontrarse con familia que todavía vive en Llanes. Dos ilusiones que podrán materializarse en los próximos días. 

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Foto de familia de los participantes en el programa "Añoranza", el equipo de gobierno de Llanes y la directora general de Emigración y Políticas de Retorno del Principado de Asturias.

Durante la visita, Riestra le hizo entrega de un collar de coral rojo: adorno típico de los trajes de aldeana. Uno que viajará hasta Venezuela para recordarle a esta llanisca emigrante esos días que pudo volver a su tierra.

En la comitiva no solo estuvo María del Mar Blanco Frade. La acompañaban otras cuatro personas, dos mujeres y dos hombres, procedentes de Venezuela, Argentina y Uruguay que han podido reencontrarse con sus familias en Castropol, E Franco o Tineo. Unos que también compartieron sus historias de vida y que, con este viaje, han podido volver por unos días a casa.