El encantador de perros de La Fresneda

Lyan Conejero, subcampeón del mundo de Agility, entrena desde los siete años a su perro Shaggy
LYAN-CONEJERO
photo_camera Lyan Conejero, con su perro Shaggy y su perra Noly.

Tiene 10 años y con tan solo una palabra es capaz de conseguir que su perro, un Jack Russel de 5 años llamado Shaggy; salte una valla, pase por un túnel, o camine sobre un balancín. Bajo su aspecto tímido, el tesón, el esfuerzo y muchas horas de entrenamiento, haga frío o calor, han logrado que Lyan Conejero se alce con el título de subcampeón del mundo en Agility en el último mundial celebrado en Londres el pasado mes julio.

Aquí no hay trampa ni cartón. El menor y su madre, Merle Buhrmester, explican que «en los entrenamientos, te sirves de chucherías o de juguetes para que el perro realice la actividad correspondiente». Pero una vez en pista, en plena competición, los premios están prohibidos. «De lo contrario, te descalifican».

¿Su sueño? Ser fisioterapeuta canino y dar charlas y seminarios sobre el mundo del Agility a todo aquel que quiera escucharle

Sus compañeros de clase, aunque aún no los ha visto a todos por culpa de las vacaciones escolares, están orgullosos de él. «Algunos con los que he coincidido estos días ya me han felicitado». La gente que pasea a sus perros por los parques de La Fresneda ya le reconoce. Algunos incluso, se atreven a pedirle que entrene a sus mascotas. Pero él solo tiene ojos para Shaggy. La popularidad que ha alcanzado en la urbanización en estos últimos días han hecho que hasta su hermano mayor, «que antes odiaba el Agility», quiera seguir sus pasos. Y es que en toda esta historia, la de Lyan y Shaggy, la familia tiene mucho que ver.

SHAGGY
Shaggy demostrando sus habilidades con un estupendo salto.

De casta le viene al galgo

La afición de Lyan Conejero por el Agility no es casualidad. Su madre, natural de Alemania, comenzó entrenando a Shaggy y ahora participa en las competiciones de la mano de su otro perro, Noly, una Border Collie de tres años de edad. «Lyan empezó a hacer pequeñas cosas con Shaggy cuando tenía siete años, una temporada en la que el perro tuvo un problema en la espalda y tuvo que dejar de entrenar por un tiempo», explica Buhrmester. Pero en cuanto el can se recuperó, comenzó a tomárselo en serio. Ambos pertenecen al Club Agility Asturias, en Langreo, donde entrenan alrededor de dos horas a la semana. ¿El truco? «Entrenar y repetir, sobre todo repetir».

El niño reconoce que «a veces es un poco frustrante, porque el perro no te obedece». Su madre asegura que al principio lo pasó mal «porque se le tiraba a morderle las zapatillas, los pantalones… Shaggy solo quería jugar». Aún así, Lyan nunca tiró la toalla. Siguió entrenando y ahora, con paciencia, «el perro va mucho mejor».

Además del mundial de Londres, ciudad donde consiguió proclamarse subcampeón del mundo junior, Lyan Conejero,  siempre con el apoyo incondicional de sus padres, ha participado en competiciones en Suiza, Alemania, País Vasco, Zaragoza, Cantabria o Valladolid, entre muchas otras ciudades. Viajes que salen del propio bolsillo, de su familia porque en «en España hay muy poca gente que se dedique a esto». Tanto es así, que Lyan es el único niño de todas Asturias compitiendo a nivel internacional. En uno de sus viajes su madre se dio cuenta de que «en otros países, como Alemania, donde hay mucha más afición a esta modalidad, es mucho más fácil de sobrellevar a nivel económico».

Pero ya se sabe que unos padres hacen lo que sea por ver felices a sus hijos. Así que a Teo Conejero, padre de Lyan, y Merle Buhrmester no les quedó más remedio que comprar una furgoneta para poder viajar y llevar al pequeño donde hiciera falta. Después del mundial de Londres, hace alrededor de 15 días, pasaron el fin de semana en Cantabria para acudir a una competición. «A veces, incluso, dormimos en la furgoneta». Pero no pasa nada, «compramos menos pantalones o jerseys en invierno y así vamos tirando», bromea su madre.

¿Su sueño? Ser fisioterapeuta canino y dar charlas y seminarios sobre el mundo del Agility a todo aquel que quiera escucharle. Su admirable actitud y su tenacidad conseguirán que Lyan sea capaz de lograr todo aquello que se proponga. Su próximo destino será un campeonato que se celebrará en Llanera, en el próximo mes de septiembre.

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