Existen algunos indicadores que nos dicen que la economía no va tan bien como nos cuentan, algo que podemos ver en el mercado de coches de segunda mano en Asturias, el cual se ha disparado.
Dentro del Principado, al igual que en el resto de España, las ventas de coches usados ya duplican a las de los coches nuevos, lo que nos dice que las familias no pueden acceder a un automóvil nuevo por el coste que tiene.
Los precios de los coches de segunda mano no son bajos
Para darnos una idea del alza de los precios, el importe medio de los coches de segunda mano en Gijón que se están vendiendo ahora mismo es de unos 21 060 euros.
Hay que incidir en que estamos hablando de vehículos usados que superan los 21 000 euros.
No hay que irnos muy hacia atrás en el tiempo para ver que una berlina bien equipada y nueva se podía adquirir por ese precio, mientras que un utilitario no costaba más de 13 000.
El coste de un automóvil nuevo está fuera del alcance de muchas personas
La razón de que los coches usados cuesten tanto es que los nuevos son aún más caros, y quedan fuera del alcance de una buena parte de las familias de este país.
Si dejamos a un lado los urbanos, cualquier coche del segmento B y C se pone en 30 000 euros al escoger un motor con unas prestaciones decentes o al elegir algo de equipamiento, un precio que muchas personas no pueden pagar.
Se están vendiendo muchas unidades que superan los diez años de antigüedad
Pese a que la media en el importe de los vehículos de segunda mano es de más de 21 000 euros, lo cierto es que el grueso de las operaciones se da con automóviles que superan los 10 años y que son más económicos.
Eso significa que el parque automovilístico español está envejeciendo a pasos agigantados, con lo que ello supone en el aumento del riesgo de accidente al ser vehículos sin los últimos sistemas de seguridad.
Desde el sector reclaman ayudas para vender coches usados con menos antigüedad
En el sector de la segunda mano solicitan ayudas, pues se dan cuenta de la antigüedad de los coches que venden. Así, están reclamando ayudas a la compra cuando se adquieran automóviles usados de menos de cinco años, incentivando que se lleven al desguace los coches más viejos que ahora sus propietarios venden porque les es más rentable.
De esta forma, se quitarían muchos coches de más de diez años del mercado, y se venderían unidades usadas con las últimas tecnologías en cuanto a seguridad y contaminación.
Las encuestas que se han hecho a los clientes parecen afirmar que estos estarían dispuestos a comprar vehículos usados más nuevos y más caros, siempre que tuviesen una ayuda en forma de subvención para hacerlo.
Sería una buena idea, pues estos incentivos harían que el parque móvil español rejuveneciese y eso ayudaría a combatir la contaminación y a mejorar la seguridad de todos los que circulamos por las carreteras.
