Cómo prepararse para una carrera de montaña

El norte de la península se ha convertido en uno de los mejores escenarios en el campo de competiciones como las carreras de montaña. Si miramos directamente a Asturias, además, descubrimos que nuestra tierra acoge cada año diferentes competiciones de estas características que, con el tiempo, se han convertido en verdaderos referentes. La Travesera Picos de Europa, por ejemplo, es una de las más veteranas, aunque también podemos encontrar muchos más eventos similares. Por supuesto, tenemos la opción de participar en muchos de ellos, y hay quien dice que, si probamos la montaña, abandonaremos el asfalto para siempre. Es una experiencia única, sí, pero también hay que tener en cuenta su dificultad. Es por ese motivo que necesitaremos un entrenamiento específico y exigente, así como una alimentación adecuada. Veamos, pues, que debemos tener en cuenta.

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Ejercicios para prepararse


Cuando nos queramos preparar para una carrera de montaña, deberemos empezar realizando ejercicios de propiocepción. Estos tienen como objetivo ayudar a nuestro cerebro a saber dónde está cada parte del cuerpo en cada momento, lo que reforzará nuestro sentido del equilibrio. Además, así también prepararemos nuestras articulaciones, músculos y tendones para el esfuerzo que realizarán en montaña.

Un ejercicio básico, en este sentido, serán mantener el equilibrio sobre un pie mientras dibujamos las letras del abecedario con el otro.

También deberemos realizar recorridos que tengan muchos altibajos, tanto en subida como en bajada. Cada día deberíamos hacer unos 10 kilómetros, como mínimo, en este tipo de terreno. ¿Y a qué ritmo? Prueba con uno que te sitúe entre los umbrales aeróbico y anaeróbico (R3).

Después de esto, vienen las series de 200 metros por tierra. Lo recomendable es realizar un mínimo de 8 series en tramos de tierra que sean llanos, pero con irregularidades. Recuerda, no vas a correr en una pista.

La alimentación


Como en todo deporte, la alimentación juega un papel fundamental antes y después de la carrera, aunque, en este caso, también hay que tenerla en cuenta durante. Vayamos por partes.

Queremos que nuestro cuerpo cuente con la energía necesaria y que responda de la mejor forma posible. Por eso, una dieta adecuada para el día a día deberá ser equilibrada. Priorizaremos las proteínas, para alimentar la musculatura, y las vitaminas. No obstante, los hidratos serán los que nos darán energía. Por supuesto, podemos introducir grasas, aunque con moderación.

Recordemos, además, que la suplementación nutricional también nos puede ayudar. Contamos con opciones fiables y de calidad en el mercado que nos ofrecerán todo tipo de nutrientes. Un ejemplo es el magnesio citrato, un componente que ayuda a disminuir la fatiga y que debemos aportar mediante la dieta, ya que nuestro organismo no puede sintetizarlo.

Por otro lado, cada vez se otorga más relevancia a la alimentación durante la carrera. Y es que, cuando corremos por montaña, el cuerpo necesitará algo más que hidratación para mantenerse en movimiento. Por eso, podremos contar con opciones saludables, como las barritas de cereales o los frutos secos. La fruta, claro está, siempre será una opción excelente, especialmente el plátano o el aguacate, ya que son grandes fuentes de magnesio y de potasio. El pan también será un interesante aliado, ya que podremos combinarlo con otros elementos. Y, si llevamos algo de embutido, contaremos con una fuente de proteína, lo que nos ayudará a evitar el catabolismo muscular.