Prueba de habilidad. Los jinetes que participaron en la tradicional carrera de burros de San Cristóbal de Collao, además de demostrar su destreza montando el asno, tuvieron que vencer varios obstáculos, alguno de ellos muy dulces, para completar esta miniolimpiada en burro, prueba que reunió a más de 15 jinetes y cientos de vecinos y romeros en la última jornada festiva en Collao. Seis mangas en las que tuvieron que comer un milhojas de merengue sin ayuda de las manos, conseguir morder un plátano en altura, beberse una Coca Cola –también sin las manos– para después no derramar ni una gota de agua de un caldero, sobre el asno.
Antes de comenzar las diferentes mangas, los jinetes realizaron dos rondas para mostrar sus disfraces. El “angel” Feli Martínez y su pollino “diablo”, fueron dos de los protagonistas de la celebración, lo mismo que Mireia convertida en “Espinete”, disfraz que le amortiguó las caídas al suelo a causa de su viril montura.