Eran alrededor de las once de la noche cuando un conocido cocinero, que trabajaba en la Sidrería La Guía de Ribadesella, se adentró en las aguas de la playa de Santa Marina, justo donde desemboca la ría, para darse un baño. Antes había intercambiado unas palabras con unos pescadores, que fueron los que dieron la voz de alarma al percatarse de que no regresaba a la arena pasados unos minutos.
Pasadas las doce de la noche el dispositivo activado en el que participaron el helicóptero de Bomberos, la lancha de Cruz Roja y efectivos de la Guardia Civil, localizaba el cuerpo sin vida del varón de 43 años.
